LAGOS.- Un año después que el grupo yihadista Boko Haram secuestrara a unas 300 adolescentes en la escuela secundaria de Chibok, en el noreste de Nigeria, 219 todavía siguen desaparecidas y no están ni un paso más cerca de volver.
¿Dónde están las chicas?, ¿siguen vivas?, ¿volverán a casa sanas y salvas? son algunas de las preguntas que hoy están en la cabeza de todos los habitantes de Nigeria y, especialmente, de los padres de las chicas, que ansían con impotencia una operación de rescate muchas veces anunciada y nunca ejecutada.
«No tenemos comunicación directa con el gobierno y nadie parece pensar que nos merecemos una explicación de cómo está el caso. Cada día nos consolamos como podemos, pero también estamos un poco más cerca de la desesperación total», declaró Samuel Yanga, padre de una de las chicas, en una reunión con la prensa en Chibok.
Esther Yakubu, madre de otra secuestrada, también se quejaba amargamente de la desidia de las autoridades nigerianas. «El dolor de tener a una hija desaparecida es demasiado para mí y aún así mi voz es insignificante. ¿Qué les hemos hecho (al gobierno) para que se preocupen tan poco por nosotros?».
La poca información que reciben proviene de Bring Back Our Girls (Devolvednos a nuestras chicas), una asociación que se creó poco después del secuestro y que ha intentado por todos los medios que el tema permanezca en la agenda del gobierno y también en la primera página de los medios nigerianos e internacionales.
El gobernador de Borno, Kashim Shettima, pidió a los padres que no pierdan la esperanza y les aseguró que las autoridades nigerianas creen «de forma realista que esas pobres chicas serán encontradas» e incluso que ya tienen preparada la terapia que deberán seguir para «recoger los trozos que queden de ellas una vez las recuperemos».
Por su parte, el portavoz del gobierno nigeriano, Mike Omeri, aseguró que la búsqueda de las chicas de Chibok «sigue en marcha y, a pesar de las operaciones militares en Bama y otras ciudades del noreste, las Fuerzas de Seguridad nunca han dejado de buscarlas y no creeremos los rumores (de que están muertas) hasta el final».
El expresidente de Nigeria Goodluck Jonathan fue duramente criticado por su respuesta a la crisis, que fue lenta -tardó 19 días en reconocer el secuestro- e ineficaz.
Sin embargo, en las semanas previas las elecciones presidenciales del 28 de marzo, una fuerza multinacional liderada por Chad y Nigeria y apoyada por Camerún y Níger consiguió expulsar a Boko Haram de casi todos sus bastiones urbanos, lo que devolvió la esperanza a mucha gente sobre un posible rescate de las chicas.
Tras la reconquista de Gwoza, Damboa y Bama, tres localidades clave del califato islámico de Boko Haram, el Ejército nigeriano no encontró pistas de las chicas, por lo que ahora se cree que los islamistas las trasladaron con ellos al bosque de Sambisa, una reserva natural que sirve como última fortaleza para el grupo.
«En todas las zonas que hemos liberado, nuestras investigaciones no han logrado encontrar a nadie que hubiera tenido contacto con las chicas, pero somos optimistas y esperamos poder ofrecer el relato completo una vez lleguemos a Sambisa», declaró el jefe del Estado Mayor nigeriano, el teniente general Kenneth Minimah.
Fuentes de seguridad consultadas por Efe temen que si el Ejército no es capaz de encontrar a las chicas en Sambisa, que es el único sitio en el que se podría esconder a un grupo tan numeroso sin levantar sospechas, lo más probable es que Boko Haram las haya separado y vendido como esposas o esclavas sexuales.
El nuevo presidente del país, Muhammadu Buhari, tiene ahora una presión enorme para lograr algún avance en la búsqueda de las chicas, algo que su antecesor no pudo hacer a pesar de la asistencia militar y logística de la comunidad internacional.
Sin embargo, Buhari ha optado por la prudencia y ya ha advertido que su administración no puede garantizar que las chicas sean encontradas y liberadas: «No puedo prometer que las vamos a encontrar, pero sí que mi gobierno hará lo posible para devolverlas a casa», declaró hoy en un comunicado. EFE
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