WASHIGTON (EEUU).- Además de los riesgos por ejercer la libertad de expresión, las mujeres que se dedican al periodismo en América afrontan el doble de posibilidades de ser víctimas de violencia por discriminación de género, según un informe publicado este viernes por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
A parte del peligro y las amenazas que enfrentan los defensores de derechos humanos y los periodistas en gran parte del continente americano, las mujeres periodistas están expuestas a riesgos adicionales por desafiar estereotipos machistas que reprueban su participación en la vida pública, aseguró la CIDH.
En el informe «Mujeres periodistas y libertad de expresión. Discriminación y violencia basada en el género contra las mujeres periodistas por el ejercicio de su profesión», la CIDH especifica además las situaciones que causan esta realidad como el acoso sexual, intimidación, abuso de poder y amenazas basadas en su género.
También, las periodistas también sufren discriminación en los propios medios de comunicación debido a que «todavía persiste el estereotipo de que el periodismo no es una carrera ‘apropiada’ para las mujeres», una creencia que limita las oportunidades de desarrollo profesional de las mujeres.
Por ejemplo, la CIDH señaló que las mujeres están subrepresentadas en la cobertura de temas políticos y económicos, pero sobrerepresentadas entre ámbitos tradicionalmente asociados a lo «femenino».
Además, las periodistas indígenas o afrodescendientes suelen estar desproporcionadamente ignoradas en los medios de comunicación tradicionales.
Los ataques más comunes reportados son la violación sexual en represalia por su trabajo y el abuso sexual a periodistas en cautiverio o bajo detención.
En la oficina, las prácticas más frecuentes son comentarios no deseados sobre su vestimenta, silbidos, bromas de naturaleza sexual y contacto físico no deseado.
Igualmente, las periodistas no solo están más expuestas a ataques en internet que sus colegas hombres, sino que en los últimos años han sufrido un aumento de los insultos, acoso, y hostigamiento en línea, expuso la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH.
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