SANTANDER.- El hispanista Paul Preston ha reconocido que todavía está lejos de llegar a conclusiones finales sobre lo que ha considerado «el misterio central», y que ha concretado en «por qué un país, sea España o Gran Bretaña, adquiere una clase política incompetente e indiferente al interés nacional».
Paul Preston lo ha dicho en el discurso que ha pronunciado al ser nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Cantabria, en el que también ha aludido, someramente, al ‘brexit’ como «una fuente de perplejidad y desasosiego».
Preston ha sido nombrado doctor honoris causa en un acto en el que ha recibido la misma distinción el ingeniero de Telecomunicaciones, pionero en los estudios de biestabilidad óptica y fenómenos caóticos, José Antonio Martín Pereda.
El acto de entrega de ambas distinciones ha estado presidido por el rector de la Universidad de Cantabria (UC), Ángel Pazos.
El hispanista ha agradecido el nombramiento por una distinción en la UC, en Santander, «en esta región y en España».
«España, Cantabria y su universidad, y la ciudad de Santander tienen mucha importancia en mi vida», ha afirmado Paul Preston, que ha recordado que llegó a Santander en 1981.
Ha rememorado su paso por «las escuelas de verano de la Universidad Menéndez Pelayo» y su amistad «con el gran cántabro Carlos Herreros y su familia», además de la «buena relación profesional» que entabló con historiadores contemporáneos de la Universidad de Cantabria, como Manuel Suárez y Ángeles Barrio.
También ha recordado que, con motivo de su trabajo «El holocausto español», abordó «múltiples temas que afectaron al Santander de la época», como el anticleralismo y «la violencia en la primavera de 1936 y durante la guerra civil», además de la represión en la capital cántabra y la provincia.
Paul Preston ha reflexionado sobre su trayectoria, desde que ganó una beca para estudiar historia en la Universidad de Oxford, y ha destacado que cuando entró en esa institución no tenía «ni idea» de lo que iba a ser su vida posterior.
Ha explicado que la historia contemporánea era su «gran interés», aunque muchos profesores «decían con un desdén olímpico que la historia contemporánea era trabajo de periodistas».
Y en su discurso, también ha recordado «el calor tan diferente» con el que la gente recibió sus esfuerzos por aprender español en sus primeras estancias en este país. «Desde el primerísimo momento me encontré como si estuviera en mi casa», ha destacado.
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