WASHINGTON.- Un grupo de investigadores ha determinado que las tumbas megalíticas que existen en Irlanda, Escocia y Suecia eran sepulturas familiares en la Edad de Piedra, según un estudio publicado hoy en la revista especializada PNAS.
«Estas construcciones han sido enigmáticas para la comunidad científica, y el origen y la estructura social de los grupos que las erigieron han sido en gran parte desconocidos», subrayaron los científicos de la Universidad de Uppsala (Suecia), autores del informe.
El equipo secuenció y analizó los genomas de los restos humanos de 24 individuos de cinco monumentos megalíticos, que abarcan la tradición generalizada de ese tipo de construcción en el norte y el oeste de Europa.
Las relaciones familiares halladas, que se pueden rastrear durante más de diez generaciones, sugieren que los megalitos eran tumbas para grupos de parientes durante décadas.
A partir de alrededor del año 4.500 antes de Cristo (aC) en Europa surgió un nuevo fenómeno de construcción de monumentos megalíticos, en particular para las prácticas funerarias.
El equipo recolectó restos humanos de 24 personas de megalitos en Irlanda, Escocia y la isla báltica de Gotland, Suecia.
Los restos fueron fechados por radiocarbono entre 3.800 y 2.600 aC y el ADN fue extraído de huesos y dientes para la secuenciación del genoma.
El equipo comparó los datos genómicos con la variación genética de grupos de la Edad de Piedra e individuos de otras partes de Europa.
De este modo, encontraron que los individuos en los megalitos estaban estrechamente relacionados con los agricultores neolíticos en el norte y oeste de Europa, y también con algunos grupos en Iberia, pero menos relacionados con los grupos de agricultores en Europa central.
Por otro lado, el equipo encontró una «representación excesiva» de hombres en comparación con las mujeres en las tumbas megalíticas de las Islas Británicas.
«Encontramos la continuidad paterna a través del tiempo, incluidos los mismos haplotipos del cromosoma, que se repiten una y otra vez», anotó Helena Malmström, de la Universidad de Uppsala.
Los datos genéticos mostraron relaciones cercanas entre los individuos enterrados en los megalitos y se descubrió una posible relación entre padres e hijos para individuos en la tumba de Listhogil en Carrowmore y una tumba en Primrose Grange, ambas en Irlanda, a una distancia de aproximadamente 2 kilómetros una de la otra.
«Nuestro estudio demuestra el potencial de la arqueogenética no solo para revelar migraciones a gran escala, sino también para informar sobre las sociedades de la Edad de Piedra y el papel de los fenómenos particulares en aquellos tiempos como los fenómenos megalíticos», apuntó Federico Sánchez-Quinto, otro de los autores.
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