DUBLÍN.- Los gobiernos británico e irlandés anunciaron hoy que los partidos norirlandeses iniciarán el próximo 7 de mayo una nueva ronda de conversaciones para restaurar el Ejecutivo de poder compartido, suspendido desde enero de 2017.
En un comunicado conjunto, los primeros ministros de Irlanda y el Reino Unido, Leo Varadkar y Theresa May, respectivamente, indicaron que la muerte, la pasada semana, de la periodista Lyra McKee a manos del grupo terrorista Nuevo IRA generó «un rechazo generalizado de la violencia» y constató el deseo de que las formaciones efectúen «progresos políticos».
«Entendemos la complejidad de las preocupaciones subyacentes de todos los partidos y la necesidad de renovar la confianza, el respeto mutuo, la generosidad y un nuevo enfoque para resolver la cuestiones», señalaron Varadkar y May en la nota.
Ambos jefes de Gobierno informaron de que volverán a reunirse a finales de mayo para revisar los progresos efectuados en este nuevo proceso de dialogo.
Londres y Dublín han intentando desde hace dos años, sin éxito, acercar las posiciones de las formaciones para restaurar el Ejecutivo autónomo de poder compartido y las instituciones salidas del acuerdo del Viernes Santo, el texto que el 10 de abril de 1998 puso fin a casi tres décadas de conflicto.
El gobierno de Belfast cayó en enero de 2017 y May convocó dos meses después unas elecciones anticipadas que confirmaron al Partido Democrático Unionista (DUP) y al Sinn Féin como los principales representantes de sus respectivas comunidades, la protestante y la católica-nacionalista.
Ambas formaciones mantienen diferencias sobre el asunto de la lengua gaélica pues los nacionalistas quieren que se redacte una ley específica para protegerla, mientras los unionistas prefieren incluir este asunto en una legislación cultural más general, que contemple también aspectos relacionados con la identidad protestante.
Asimismo, el Sinn Féin -antiguo brazo político del ya inactivo IRA- pide cambios en la política social y de defensa de las minorías del gobierno regional y aboga, entre otros asuntos, por la legalización del matrimonio homosexual, al que se opone el ultraconservador DUP, socio del gobierno británico.
También discrepan respecto al legado del pasado conflicto en Irlanda del Norte y los mecanismos para asistir a las víctimas e investigar los crímenes cometidos tanto por los paramilitares como por las fuerzas de seguridad durante ese periodo.
No obstante, la muerte de McKee ha unido a casi toda la sociedad norirlandesa y a sus líderes políticos, después de meses de tensiones por la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), defendida por el DUP y rechazada por el Sinn Féin.
Líderes comunitarios han advertido de que la división creada por el «brexit» y el vacío de poder en Belfast podrían dar alas a los disidentes republicanos, que buscan el fin del proceso de paz y de reconciliación creando inseguridad en la región.
McKee, de 29 años, fue abatida por disparos de un hombre enmascarado del grupo Nuevo IRA -escisión del IRA opuesta al proceso de paz-, mientras observaba junto a un vehículo policial los disturbios ocurridos en Derry el pasado 18 de abril.
EFE/Foto: lavozdeasturias.es