La fuerza de misiles del Ejército Popular de Liberación está ganando una hipotética carrera de misiles contra EEUU, especialmente en cuanto a sus misiles antibuque, informó Reuters.
«Sabemos que China tiene la fuerza de misiles balísticos más avanzada del mundo», declaró a la agencia el capitán retirado de la Marina de EEUU y ex oficial superior de inteligencia de la Flota del Pacífico de EEUU, James Fanell.
Por su parte, el exoficial del Cuerpo de Marines y experto del Instituto de Estudios Aeroespaciales Mitchell, Robert Haddick, admitió que «la capacidad de los misiles antibuque chinos supera a la de los estadounidenses en cuanto a su alcance, velocidad y rendimiento de sensores».
Mientras que Washington hacía caso omiso de las capacidades militares de Pekín, China ha pasado décadas trabajando en la creación de un medio eficaz de disuasión contra una docena de portaviones que utiliza EEUU para aterrorizar a sus adversarios.
Cabe señalar que China toma sus misiles tan en serio que en 2015, el presidente Xi Jinping convirtió la Fuerza de Misiles del Ejército de Liberación en una de las subdivisiones de las Fuerzas Armadas de China, junto con el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea.
Pese a que Pekín nunca hizo público el tamaño de su arsenal de misiles, según los datos compartidos por la Liga de la Juventud Comunista —el ala juvenil del Partido Comunista de China— la subdivisión consta de unos 100.000 efectivos y cuenta con 200 misiles balísticos intercontinentales, 300 misiles de medio alcance, 1.150 proyectiles de corto alcance y 3.000 misiles de crucero.
Las armas chinas tienen una ventaja sobre los proyectiles estadounidenses en cuanto a su velocidad y alcance. Por ejemplo, EEUU carece de misiles antibuque supersónicos o de largo alcance, mientras que el país asiático cuenta con dos: el YJ-12 —que tiene un alcance de 400 kilómetros—, y el YJ-18, con un alcance de 540 kilómetros.
A su vez, el mejor misil antibuque estadounidense, el RGM-UGH-84 Harpoon, ha sido modificado para ampliar su alcance hasta los 250 kilómetros. Asimismo, la empresa fabricante Raytheon ha estado intentado modernizar su misil de crucero Tomahawk —que tiene un alcance de 1.600 kilómetros— para convertirlo en un misil antibuque. Sin embargo, aún está muy lejos de apuntar a las naves de la Armada china.
«Hay una brecha muy grande», admitió Haddick.
La tecnología hipersónica es otra área donde lidera China y no EEUU: desde 2014, Pekín ha estado poniendo a prueba las armas con una velocidad hasta cinco veces más alta que la del sonido.
«Francamente, éramos los líderes hace 10 o 15 años, pero ahora, simplemente lo dejamos pasar», admitió en abril de 2018 Michael Griffin, subsecretario de Defensa de EEUU, quien subrayó que Washington tiene que «empezar de nuevo».
«No tenemos ninguna defensa contra los sistemas chinos», advirtió.
En 2017, EEUU puso a prueba un crucero de misiles hipersónico. No obstante, los contratos otorgados a Lockheed Martin y Raytheon todavía no dieron resultados.
«Estamos en desventaja respecto a China en el sentido de que Pekín tiene misiles balísticos terrestres que amenazan a nuestras bases y nuestros buques en el Pacífico Occidental», declaró el exjefe del Comando del Pacífico de EEUU, almirante Harry Harris, en marzo de 2018. (Sputnik)