El hundimiento electoral del PP español pone en la cuerda floja a su líder

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MADRID.- El hundimiento del conservador Partido Popular (PP, centroderecha) en las elecciones parlamentarias celebradas este domingo en España, en las que se impuso con claridad el Partido Socialista, ha puesto en la cuerda floja el liderazgo de su presidente, Pablo Casado.

El PP sigue siendo la segunda fuerza política en España con 66 escaños, pero ayer vio recortado su número de diputados a menos de la mitad respecto a la anterior legislatura, lo que constituye el peor resultado de su historia, con 66 diputados y 56 senadores (antes tenía 127 y 130, respectivamente).

En cambio, los socialistas encabezados por el jefe del Ejecutivo en funciones, Pedro Sánchez, lograron un importante aumento hasta 123 diputados y 121 senadores, con mayoría absoluta en la Cámara Alta.

El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, aseguró este lunes en rueda de prensa que, tras los resultados de los comicios, «a partir de hoy, durante cuatro años, el líder de la oposición se llama Pablo Casado», por lo que garantizó su continuidad pese a la debacle electoral.

García Egea salía al paso de varias hipótesis sobre la posible dimisión de Casado, que sería reemplazado por el presidente regional de Galicia (noroeste), Alberto Núñez Feijoó.

Feijoó sonó ya como hace diez meses el sustituto natural del expresidente del Gobierno español y del Partido Popular Mariano Rajoy al frente de la formación conservadora tras la moción de censura que aupó al poder a Sánchez.

Entonces, el líder del PP gallego declinó la oferta, pero ahora su nombre se vuelve a situar en primera línea, sobre todo teniendo en cuenta la proximidad de las elecciones locales, regionales y europeas que se celebrarán el próximo 26 de mayo.

García Egea dijo que su partido hará «autocrítica» en la reunión del Consejo Ejecutivo Nacional convocada para mañana, en la que los dirigentes regionales estudiarán los resultados y la estrategia electoral de Casado, aunque Núñez Feijóo no acudirá.

Como ya hiciera Casado ayer tras conocerse los resultados electorales, el secretario general del PP volvió a insistir en la fragmentación del voto de centro derecha como la principal razón del resultado «muy malo» de su partido, porque generó una «división» que cree que favoreció claramente a Sánchez y al Partido Socialista (PSOE).

Según García Egea, a partir de ahora, el PP centrará sus objetivos en «reilusionar» a los antiguos votantes que decidieron decidido «probar con otras opciones», con un proyecto «aglutinador y ganador», aunque no aclaró cómo van a conseguirlo después de «no haber podido reconducir» la situación para las elecciones generales.

A nivel interno, cree que Casado y su equipo de dirección, del que él es el número dos, «goza de una amplía confianza» en el partido.

En su intervención de ayer, el líder del PP reivindicó que su partido sigue siendo el principal de la oposición, un puesto que ahora está muy disputado con Ciudadanos (C’s, liberales), la tercera fuerza nacional por número de escaños (57) y a 8 décimas de alcanzar a los populares.

Varios dirigentes de C’s insistieron hoy en la idea de que su partido pasará a la oposición, y no apoyará a Sánchez para volver a ser jefe de Gobierno, aunque no desdeñaron colaboraron con el PSOE en temas puntuales de gran importancia.

El PP es la «única alternativa» a un gobierno de Pedro Sánchez «sean cuales sean sus socios», reiteró García Egea en la rueda de prensa.

Con casi el doble de escaños (123 frente a 66), Sánchez ganó las primeras elecciones para los socialistas en España en once años e infligió al PP una derrota sin paliativos.

El PP de Pablo Casado solo ganó en la ciudad autónoma de Melilla, en el norte de África, se quedó sin representación en el País Vasco, obtuvo apenas un escaño en Cataluña y perdió su hegemonía en comunidades autónomas españolas donde había ganado todas y cada una de las elecciones desde 1977.

Es el caso de Galicia (noroeste), donde el Partido Popular se había impuesto en todas las elecciones democráticas en España celebradas desde la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, o en Castilla y León (centro), otro de sus feudos tradicionales.

EFE

 

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