LIMA.- El artista español Okuda San Miguel rinde desde este viernes un sentido homenaje a la cultura andina, una de sus mayores inspiraciones, con un mural de gran formato en Lima donde sus venus se han transformado en mujeres incas, rodeadas de chamanes, agricultoras, aves y una llama multicolor.
El mural se encuentra en la fachada del Centro Cultural de España (CCE), uno de los principales escaparates de la capital peruana para los artistas urbanos, donde también han dejado su huella muralistas españoles como Sixe y el grupo Boa Mistura.
«Me gusta llegar a los lugares y empaparme de ellos, sobre todo con una cultura increíble y ancestral como la de Perú. Aquí he traído toda la ornamentación y cultura inca a mis paisajes y personajes, con montañas muy picudas tipo Machu Picchu», explicó Okuda a Efe.
La protagonista principal de la pieza es una figura femenina de rostro mitológico, con nariz cónica y piel de lunares de varios colores que atraviesa un puente vallado para observar un pájaro que se posa en su mano.
Todo su cuerpo está formado por las características figuras geométricas donde Okuda, nombre artístico de Óscar San Miguel, ha lucido la amplia paleta de colores vivos que tanto define su estilo.
Como personajes secundarios hay unas agricultoras con sombrero, imagen clásica de las pinturas que retratan escenas costumbristas andinas, y unos chamanes con gorros cónicos «que pueden recordar a personajes espirituales de otras culturas», según Okuda.
«Siempre digo que mi trabajo es una especie de surrealismo postcontemporáneo pero muy unido a las culturas ancestrales como la andina, mexicana o africana, sobre todo por el multicolor de las telas y de la bandera andina, y por la ornamentación que también es geométrica», comentó el artista.
En un rincón del mural aparece la llama «de una forma muy personal y divertida», indicó el artista, ya que su pelaje es a franjas con los colores del arco iris, mientras que cerca del suelo los triángulos y polígonos creados a base de aerosol se tornan en líneas curvas para representar «líquidos, agua y vida».
«Creo que Perú puede ser uno de los lugares más saludables para vivir, y sobre todo para comer», dijo Okuda, quien se encuentra de nuevo en territorio peruano después de unos diez años.
En su anterior visita había presentado una pequeña exposición y había pintado algunas piezas en Cantagallo, la comunidad de indígenas amazónicos de etnia shipibo-konibo que intenta vivir en Lima conforme a sus costumbres.
Okuda reconoció que el mural es la disciplina artística en la que se siente más cómodo y libre porque «es más espontánea» y le permite «jugar con la arquitectura».
«Me dejo llevar. Intento transformar espacios grises en espacios con color. También lo bonito es que nunca sabes a quién vas a llegar a inspirar de la gente que nace y vive ahí en ese lugar. Eso es muy bonito», añadió el artista.
Asimismo, señaló que cada vez le gusta más hacer escultura en gran formato para espacios públicos, como «La estrella del caos», que se sostiene por sus propias puntas y formó parte de la última Bienal de La Habana.
«Es una de las piezas que más me molan (gustan) de las últimas que he hecho, porque es la primera vez que hago que una pieza salga del mural, ya que tanto la pieza como el mural se comunican», señaló Okuda.
Lima es la última parada de la «gira americana» que ha tenido el artista cántabro en los últimos meses, que comenzó en La Habana y siguió en San Francisco (EEUU), donde inauguró una exposición individual, para luego seguir por México en el festival «Art with me» de Tulum.
Al referirse a las comparaciones que se hacen de su obra con la del artista británico Banksy, Okuda apuntó que «hay muchos enunciados que pueden estar mejor que ese».
«Ni el estilo ni los objetivos, ni el tipo de artista que es Banksy tienen que ver conmigo, aunque me parece un gran artista», concluyó.
EFE