Miles de brasileños salieron este miércoles a las calles de al menos 173 ciudades en todo el país para protestar contra el bloqueo de fondos para la educación pública anunciado por el Gobierno de Jair Bolsonaro, en la mayor manifestación en su contra desde que llegó al poder el pasado enero.
Los 26 estados y el distrito federal registraron manifestaciones en sus principales centros urbanos, donde se concentraron estudiantes, profesores, miembros de sindicatos y otras organizaciones que rechazan no solo el bloqueo de recursos sino también las demás políticas de Bolsonaro, como la reforma del sistema de pensiones, medidas sobre el comercio y el porte de armas.
«Todo va a ser afectado, no serán solo las áreas estratégicas porque el conocimiento tiene que ser pensado como un todo y todas las áreas son estratégicas», señaló a Efe el profesor de filosofía Homero Santiago, de la Universidad de Sao Paulo (USP), la mayor del país y que cuenta con fondos del estado homónimo.
De acuerdo con Santiago, quien participó de la manifestación en la céntrica Avenida Paulista, áreas de ciencias sociales y humanidades, como la filosofía, «no serán inmediatamente afectadas», pero «las de ciencia básica, que exigen laboratorios, investigadores e inversiones en equipamientos» sí.
«A mediano plazo todas las áreas serán afectadas», sostuvo el profesor universitario, para quien el principal problema de la educación «es la falta de una propuesta y cuando se dice que hay mucho dinero para la enseñanza universitaria y poca para la educación fundamental eso es una falacia».
Bolsonaro ha emprendido una cruzada contra lo que considera «el marxismo cultural» en el área de la educación, que pasa por duros recortes en los fondos destinados a las universidades y el cambio de un sistema educativo en el que ve un embrión de la ideología de izquierdas.
Ante ello, la población brasileña ha contestado con grandes manifestaciones pacíficas en todo el país en el mismo día en que el ministro de la Educación, Abraham Weintraub, compareció en Brasilia ante el pleno de la Cámara de Diputados, que la víspera le convocó para explicar el recorte en el gasto en las universidades públicas,
Frente al Museo de Arte de Sao Paulo (MASP), en la mayor ciudad brasileña, más de cien mil personas se concentraron, según los organizadores, para marchar cerca de tres kilómetros hasta la Asamblea Legislativa del estado.
Santos, Jundiaí, Piracicaba, Sao Carlos y Araraquara fueron algunas de las ciudades del estado de Sao Paulo en las que durante todo el día se presentaron paralizaciones de las actividades académicas en sus universidades y registraron protestas callejeras al final de la tarde.
Capitales regionales como Recife, Fortaleza, Aracajú, Natal, Porto Alegre o Belo Horizonte tuvieron también grandes manifestaciones.
En Río de Janeiro no fue diferente y miles de personas se congregaron en la Candelaria, en el centro de la ciudad, a gritos de «Educación no es limosna», «Oh Bolsonaro quita tu mano de mi escuela» o «Nuestra lucha se unificó, es el estudiante junto al trabajador».
Clarissa, de 19 años, manifestó a Efe que decidió unirse a la protesta por «todos los atropellos a los negros, a los becarios y a todo el pueblo brasileño, que no se está sintiendo representado por el presidente».
El también estudiante Mateus expresó que el pueblo debe tomar las calles «para que este gobernante, que es un dictador, preste atención y vea que la educación es la base de un país».
«La educación es lo que forma las personas para que puedan solucionar las cosas con el diálogo y no con armas o buscando más violencia», agregó.
En Río se registraron enfrentamientos entre la Policía y manifestantes que lanzaron petardos, incendiaron un autobús y algunos objetos y fueron dispersados con balas de goma. EFE