Mostrando una perenne y enorme sonrisa centenares de payasos de toda Latinoamérica se reunieron hoy en Guatemala compartiendo no solo sombreros, gafas o narices, sino también un mismo objetivo: crear un nuevo récord Guinness de reunir debajo de una carpa de circo al mayor número posible de cómicos.
Al menos 300 payasos inauguraron el séptimo congreso latinoamericano con un divertido desfile que recorrió las principales calles del casco histórico de Guatemala.
Tras una procesión que recorrió el Paseo de La Sexta, la calle peatonal más emblemática de la capital centroamericana, los payasos se dirigieron hacia el Campo de Marte, en la zona 5, para realizar la plusmarca y convertirse en los primeros en alcanzar un récord de una magnitud inigualable.
Dudar de que lo consiguieron sería «una ofensa», porque no hay nada que estos creadores de risas infinitas que acarician con mimo el alma, una de las mayores terapias para la tristeza del ser humano, no puedan alcanzar.
No obstante, según contó el organizador de la actividad, Juan Carlos Galicia, alias «Ciprecito», son los representantes de Guinness los que deben decidir si la marca se batió o no aunque, desgraciadamente, no acudieron a la cita, que estaba programada desde hace más de seis meses.
Pero la esencia permanece, porque la idea, explicó este hombre de la cara pintada, surgió para concienciar a la población de la realidad de un trabajo único que, ahora más que nunca, intenta que Guatemala sonría y deje, por lo menos a un margen, la tristeza que provoca en los ciudadanos la coyuntura actual de corruptelas.
«Cambiar la cara de tristeza por una de alegría», detalló con brillo en los ojos Ciprecito, muestra de su deseo de poder alcanzar ese anhelo.
Costa Rica, Panamá, Chile, México, República Dominicana, Nicaragua, Honduras o El Salvador son algunos de los países que participaron en esta actividad, que al final del día reunió a más de 600 cómicos que ejecutan espectáculos con un único propósito: recolectar el mayor número de alegrías posibles.
Y su trabajo no quedará ahí. Ciprecito adelantó que para el próximo año organizarán otro evento para cazar un nuevo récord, concentrando en la Sexta Avenida, que abarca más de 20 cuadras, a miles de payasos que no dejen entrever ni un hueco de la calzada.
El chileno Candy Caluga mostró su satisfacción por poder participar en esta actividad y aseguró que se quedó «sorprendido» de la gran cantidad de compañeros que este martes se congregaron en Guatemala.
Caluga, la tercera generación de payasos de su familia, agradeció la invitación y con una sonrisa de oreja a oreja expresó su esperanza de que al final Guinness reconozca esta plusmarca, que se convertiría en la primera de estas características del mundo.
Guatemala, a pesar de ser uno de los países más violentos del mundo y también uno donde la pobreza y las desigualdades campan a sus anchas, acogió hoy una «solidaridad de narices» que no entendió de fronteras, solo de risas, porque esa es una de las mejores maneras de enfrentar el torbellino devenir de la vida.
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