Los cuatro principales favoritos, también los mejores en el ranking mundial actual, jugarán las semifinales de Roland Garros, después de que el número 1, el serbio Novak Djokovic, y el número 4, el austríaco Dominic Thiem, se clasificaran este jueves para esa ronda en la que ya estaban el español Rafa Nadal, 2, y el suizo Roger Federer, 4.
Hay que remontarse al Abierto de Australia del 2012 para encontrarse a los cuatro mejores del ránking masculino en una semifinal de un grande. Roland Garros no podía tener mejor planteamiento para el último fin de semana. El Grand Slam de tierra batida lo vivió por última vez en el 2011.
Entonces ya estuvieron implicados Nadal, Federer y Djokovic -el cuarto era el británico Andy Murray- y el español ganó en la final al suizo.
Al año siguiente, los tres volvieron al último viernes de Roland Garros -acompañados en aquella ocasión por el español David Ferrer- en la que es la última vez que el tridente mágico del tenis mundial se encontró en semifinales de un Grand Slam. La de este viernes será la duodécima vez que lo hagan.
Como cada año tiene su historia, la del 2019 dejará unas líneas reservadas a la lluvia, que obligó a suspender los partidos del miércoles y obligará a Djokovic y a Thiem a encadenar dos consecutivos, tres en cuatro días para el que gane el viernes.
El serbio, sin embargo, no llega con fatiga. Ha alcanzado las semifinales por novena vez en París, las primeras desde el 2016 y la segunda vez sin ceder un solo set, como en el 2015.
Tras perder la final de Roma contra Nadal, el número 1 ha recobrado el nivel máximo que le llevó a proclamarse campeón el 2016 y a encadenar por vez primera los cuatro grandes.
La derrota contra el italiano Marco Cecchinato en los cuartos de final del año pasado es la última que ha concedido en un grande hasta el momento, lo que le mantiene en posición de repetirlo.
Son 26 triunfos en estos torneos, el último conseguido ante el alemán Alexander Zverev que a sus 23 años volvió a dejar una muestra de por qué es el único tenista del «top 10» que no sabe lo que es jugar unas semifinales de un Grand Slam.
El cinco del ránking tuvo ocasión de plantar cara al serbio. Sirvió para apuntarse la primera manga, pero su brazo se hizo mantequilla al tirar un paralelo que le habría dado un punto de set.
A partir de ahí se derritió al tiempo que crecía el serbio, que encadenó seis juegos consecutivos para encarrilar el partido, mientras el alemán se desdibujaba. Zverev venía de ganar el torneo de Ginebra y su camino hasta los cuartos no fue de rosas, con dos duelos a cinco sets. Y acabó perdiendo por 7-5, 6-2 y 6-2.
El penúltimo obstáculo para Djokovic será, como estaba previsto, un Thiem que ha encontrado en Roland Garros su segunda casa. El austríaco no ha fallado en esa ronda en cuatro años, algo que ninguno de los tres grandes puede firmar.
Tras un inicio incierto, con un set perdido en cada uno de los tres primeros duelos, Thiem parece haber encontrado su juego y ha solventado sus dos últimos compromisos por la vía rápida, contra el francés Gael Monfils y en cuartos ante el ruso Karen Khachanov, al que derrotó este jueves por 6-2, 6-4 y 6-2.
Thiem tiene siete años menos que Djokovic, el más joven de los tres magníficos, y aparece como el más claro favorito para acabar con su hegemonía.
El austríaco y el serbio se midieron este año en las semifinales del torneo de Madrid, con triunfo del número 1 del mundo en dos juegos de desempate, pero el austríaco le ha ganado dos veces sobre tierra batida.
La primera en los cuartos de Roland Garros del 2017, cuando el serbio defendía título. El año antes, Djokovic le había batido en semifinales camino de su primer título.
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