Quito alberga el banquete de la madre tierra peruana: la «Pachamanca»

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QUITO.- La embajada de Perú en Quito albergó en sus jardines una «Pachamanca«, un banquete andino de productos de la tierra y diferentes carnes que literalmente se cocinan en sus entrañas, con motivo del solsticio de invierno en el hemisferio sur.

«La Pachamanca es más que un plato o una forma de cocinar, es un ritual de diálogo con la tierra que da vida», explicó a Efe sobre este evento culinario ancestral el cónsul general de Perú en Ecuador, Carlos Buller.

Este historiador y diplomático de carrera precisó que etimológicamente el vocablo significa «olla de la tierra» y contiene una enorme carga simbólica, pues el ritual está estableciendo un pacto con ella.

La iniciativa ha llegado de la mano del nuevo embajador peruano en el país, Vicente Rojas, en un afán de exponer las tradiciones más arraigadas de su país al público ecuatoriano.

En 2003 la Pachamanca fue declarada Patrimonio Cultural de la nación peruana, al objeto de preservar este procedimiento ritual consistente en la cocción de los alimentos gracias a piedras previamente calentadas y que son colocadas en un gran agujero cavado en la tierra semejante a un horno y cubierto con tierra.

En el nicho se van depositando distintos tipos de carne como de carnero, cerdo, res, llama o cuy (coballa andina) junto a tubérculos como la papa, camote, olluco, además de habas y maíz, productos que son sazonados con especies y hierbas de la cordillera.

«Históricamente es una forma muy antigua de cocinar», insistió Buller, al asegurar que el hombre alcanza los Andes en el Paleolítico, lo que supuso la construcción de civilizaciones «de cero, en un ambiente extremo y hostil» de altas quebradas, precipicios imposibles y pequeños valles entre grandes riscos.

Por ello, apunta que este fenómeno cultural y gastronómico es producto en buena medida de una búsqueda de la supervivencia mediante la adaptación a ese entorno, «en lugar de pretender dominarlo».

«La Pachamanca es quizá las expresión más lograda de estos rituales porque implica que el hombre come directamente de la tierra», refirió el diplomático al señalar que se conmemora en el fechas señaladas como el solsticio de invierno, pero también en ocasiones célebres en medio de un ambiente festivo y acompañado por rituales mágicos.

También arrastra una herencia colonial del catolicismo que trajo la conquista española puesto que el túmulo resultante de colocar tierra sobe el horno en la tierra es coronado con una cruz.

La cocción de los alimentos en este acontecimiento característico del Perú andino suele prolongarse durante varias horas y cuando se desentierran los alimentos el aroma que desprenden y su sabor posterior son únicos.

EFE/Foto: viajeroperuano.com

 

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