El uso de una plaza pública frente al Congreso para que el colectivo que organiza la marcha del orgullo gay en Lima realizara este jueves un acto simbólico exhibió la homofobia y el rechazo activo a la comunidad homosexual en la vida política peruana.
Un grupo de unas doscientas personas participó en una reunión en la plaza Bolívar, antigua plaza de la Inquisición, lugar que da acceso al Congreso del país andino y en el que, salvo autorización expresa del presidente del Parlamento, no se pueden hacer actividades políticas ni manifestaciones.
Esta semana, Daniel Salaverry, presidente de la Cámara, autorizó la actividad, que cuenta también con el apoyo de dos de los doce grupos parlamentarios, lo que desató un amplio revuelo y duras críticas, al tiempo que contrastó la fractura entre los sectores políticos más conservadores y los más liberales del país.
Sin embargo, y pese a contar con el permiso pertinente, la movilización estuvo a punto de no poder llevarse a cabo después de que las autoridades policiales que custodian el Congreso negaran el acceso a los manifestantes y llegaran a expulsarlos de la plaza.
Tuvieron que intervenir diputados del partido Nuevo Perú (izquierda), encabezados por las legisladoras Marisa Glave e Indira Huilca, quienes llamaron al ministro del Interior Carlos Morán para que este ordenara a los policías permitir la movilización.
El contraste se produjo fundamentalmente porque hace pocas semanas, Salaverry autorizó, con el apoyo de la bancada fujimorista de Fuerza Popular, una manifestación en el mismo lugar del colectivo «Con mis hijos no te metas».
Esta agrupación, vinculada a la derecha religiosa y activamente respaldada por varios legisladores, se opone, entre otras cosas, a fomentar la igualdad de género en la educación pública y a normalizar el trato y equiparar derechos a la población homosexual.
«Es inaudito, las puertas se abrieron a las actividades de «Con mis hijos no te metas». Estamos sorprendidos, el Ministerio del Interior se desdice, la policía se desdice. Para nosotros es claro que se trata de una estrategia de otros grupos para impedir la marcha del orgullo», indicó a Efe Jorge Apolaya, portavoz del colectivo LGTBI «Marcha del Orgullo».
Apolaya vinculó el incidente a las actitudes y palabras representadas por el congresista fujimorista Héctor Becerril, quien esta semana atacó a Salaverry por haber autorizado la concentración, a la que calificó como «circo».
«Si están tan de acuerdo con que la marcha del ¿orgullo gay? ingrese a la plazuela Bolívar, también permitan que ingrese a la explanada del Palacio de Gobierno y así el circo es completo ¿que dicen los rojos y caviares?», publicó en Twitter en alusión a los representantes izquierdistas y liberales.
Becerril, quien es investigado por la Fiscalía por presuntos actos de corrupción, criticó además que se compare la marcha de «Con mis hijos no te metas» con la movilización homosexual, porque una de ellas defiende «lo moral».
«Los dichos de Becerril son perversos. Solo alienta la homofobia y caricaturiza nuestras demandas y luchas. Es un mensaje preocupante porque se supone que es alguien que está en el lado del derecho y con esto hace creer a la gente que son impunes para seguir agrediéndonos», apuntó Apolaya.
La marcha del orgullo gay se celebrará el sábado y recorrerá el centro de Lima bajo una plataforma que pide «educación en libertad e igualdad», un lema con el que la comunidad homosexual pretende enfrentar las críticas al enfoque de género en la educación que permita también afrontar «la mayor vulnerabilidad» que afecta a los grupos LGTBI.
EFE/Fotos Antonio Melgarejo