MEDELLÍN (Colombia).- La 49 Asamblea General de la OEA fue clausurada este viernes en Medellín por el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo García, quien anunció que la próxima cita continental se llevará a cabo el año próximo en Bahamas.
La candidatura de Bahamas fue presentada por su embajador ante el organismo, Sidney Collie, y aceptada por aclamación en la sesión final de la Asamblea General en Medellín, que estuvo marcada por el debate sobre la crisis venezolana y, en menor medida, por la de Nicaragua.
«No puedo dejar de subrayar la preocupación que suscita la situación en Venezuela. El restablecimiento de la democracia y la normalización constitucional en Venezuela constituyen un propósito que la OEA y sus Estados miembros (…) deben continuar apoyando mediante todos los recursos políticos y diplomáticos disponibles», manifestó en su condición de presidente de la Asamblea.
Trujillo García añadió que la «crisis multidimensional que sufre Venezuela» tiene una de sus mayores expresiones en «el éxodo migratorio sin precedentes que se ha agudizado e intensificado durante los últimos años, y que no da señales de remitir».
«Mientras la región mantiene su voluntad de acoger a los migrantes procedentes de Venezuela, los esfuerzos de cada país merecen ser respaldados con mayor decisión y proporcionalidad por la comunidad internacional», añadió.
En la sesión final en Medellín, la Asamblea General aprobó varias resoluciones entre ellas dos que fueron objeto de intensa discusión, relacionadas justamente con Venezuela y Nicaragua.
La de Venezuela acepta a quien designe la Asamblea Nacional como «representante permanente» de ese país hasta que se celebren elecciones, cargo que desde abril pasado ocupa en el Consejo Permanente del organismo el diplomático Gustavo Tarre, delegado del Parlamento que preside Juan Guaidó.
La de Nicaragua pide al Gobierno de ese país que permita el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ordena la creación de una comisión diplomática para ayudar a solucionar la crisis en que está sumida la nación centroamericana desde abril del 2018.
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