Veja sacó a la luz una serie de nuevos diálogos entre Moro y los miembros de Lava Jato del Ministerio Público Federal de Curitiba, entre ellos el abogado Deltan Dallagnol, jefe de la fuerza de tarea.
El contenido de los mensajes demuestra que el actual ministro pidió ‘a la fiscalía que incluya pruebas en los procedimientos que más tarde le llegarían a las manos, si aceleraba o demoraba las operaciones y presionaba para que ciertas acusaciones no se presentaran’.
A la luz de la ley, es ‘tan vergonzoso como si Cristiano Zanin Martins (abogado defensor) fuera capturado, dando a Moro argumentos para apoyar un hábeas corpus a favor del (expresidente Luiz Inácio) Lula (da Silva)’, señala el informe Veja/The Intercept.
La publicación reitera que ‘Moro dejó a un lado la imparcialidad y actuó por el lado de la acusación’.
De forma analítica, el informe confirma que hubo una intimidad excesiva entre la magistratura y la fiscalía.
Prueba de ello fue la posición de Moro al recomendar el rechazo de un posible acuerdo de adjudicación con el preso por corrupción Eduardo Cunha, expresidente de la Cámara de Diputados.
Cuando los abogados de Lava Jato aceptaron una reunión con los abogados de Cunha para averiguar sobre los archivos adjuntos, Moro se apresuró a interrogar a Dallagnol. El fiscal explicó que solo era una reunión inicial y le aseguró que mantendría informado al magistrado.
‘Gracias por mantenerme informado. Estoy en contra de eso, como saben’, dijo Moro.
Las conversaciones revelan que el cuestionado ministro, quien cuando se desempeñaba como juez federal y sin pruebas condenó a Lula por supuestos actos de corrupción, no quería que Cunha colaborara con la justicia, unas confesiones esperadas porque podrían involucrar al expresidente Michel Temer, uno de sus colaboradores.