Túnez: Fundador de ONG LGBT se convierte en primer candidato presidencial gay

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TÚNEZ.- Mounir Baatour, fundador de la asociación LGBT Shams, se convirtió hoy en el primer candidato abiertamente gay en la historia de Túnez tras registrar su candidatura para las próximas elecciones presidenciales del 15 de septiembre.

«¿Por qué no se pregunta al resto de candidatos sobre su orientación sexual?», se preguntó el polémico activista ante la prensa local tras su salida de la Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE), institución encargada de supervisar y velar por la consulta.

«No es importante y no creo que a la gente le interese lo que hace cada uno en su cama por la noche», defendió Baatour, que posó ante las cámaras con una bandera arcoíris.

Su programa electoral se basa en la defensa de las minorías sexuales, religiosas y étnicas, aunque su caballo de batalla será abolir el artículo 230 del Código Penal que criminaliza la homosexualidad con hasta tres años de prisión.

Otra de sus medidas será considerar la homofobia como agravante en un delito y reconocer el derecho a elegir la identidad de género de las personas transexuales a través de una simple solicitud ante un juez.

Por otro lado, el abogado asegura que apoyará la igualdad entre hombres y mujeres por lo que retomará la ley sobre la paridad en el derecho sucesorio, iniciativa del fallecido presidente Béji Caid Essebsi.

En agosto de 2018, el mandatario instó al Parlamento a aprobar «sin demora» este proyecto de ley, que contempla la igualdad en el derecho a la herencia salvo aquellos casos que prefieran aplicar la sharia (ley islámica), la cual estipula que la mujer recibe la mitad del hombre en el mismo grado de parentesco.

A pesar de que Túnez abolió la esclavitud en 1846, siendo el primer país del Mena (Oriente Medio y Norte de África), en hacerlo Baatur aseguró que reforzará la protección de los tunecinos negros, que representan el 15% de la población, en su mayoría descendiente de esclavos.

«No se ven personas negras en la política ni en los medios de comunicación porque son marginados. A día de hoy los negros tunecinos siguen llevando el nombre de la familia esclavista de sus ancestros», denunció.

Tras anunciar su participación en los comicios a mediados de junio, una decena de organizaciones por la defensa de las minorías sexuales le calificaron de «amenaza» para el colectivo LGBTQI+ y lanzaron una campaña de boicot contra su candidatura.

Las asociaciones le acusaron de varios casos de abusos sexuales, incluidos menores, y de no respetar la vida privada de los miembros de la comunidad «poniendo en peligro su integridad».

El ahora candidato desmintió las acusaciones «sin pruebas» y lo tildó de «rumores» para atacar su campaña electoral.

Según su último informe, el año 2018 cerró con «cifras récord» de represión a la diversidad sexual: 123 arrestos, 250 agresiones, más de 500 peticiones de asilo en el extranjero y tres asesinatos homófobos.

 

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