No es una sorpresa. El anuncio del congresista Mauricio Mülder, que presentará una moción de vacancia contra el presidente Martín Vizcarra, se esperaba desde el 28 de julio, cuando se anunció, al final del mensaje presidencial, el propósito del ejecutivo, de proponer el adelanto de las elecciones para el 2020.
Faltaba el pretexto. Y se lo ha dado la difusión de los audios, de una reunión reservada entre el presidente Martín Vizcarra con las autoridades de la Macro región Sur, sobre el conflicto derivado por la licencia de construcción, otorgada para la explotación de Tía María.
Pero no es sólo Mülder el que empuja el carro de la vacancia. Mientras Fuerza Popular, el más interesado en la vacancia aguarda con sus 54 votos, utiliza a sus aliados del momento, o quizás aliados de siempre, para que estos hagan el juego sucio: la bancada del Apra, y los congresistas Víctor Andrés García Belaunde, de Acción Popular, Gilbert Violeta y Salvador Heresi, que llegaron a la representación nacional con Peruanos para el Kambio –PPK, el mismo partido al que pertenece Martín Vizcarra.
El argumento de la vacancia, son las declaraciones del presidente Vizcarra, que se han filtrado, con la finalidad manifiesta, de darles razones al fujimorismo y al Apra para impulsar la salida de Martín Vizcarra, y poner en su lugar a Mercedes Araoz, más cercana al aprismo, o finalmente, exigirle su renuncia, para que sea Pedro Olaechea el que asuma la presidencia de la república.
¿Qué ha declarado Vizcarra? Que queda en suspenso la licencia de construcción, mientras se cumple con el proceso de diálogo con la población. Esto ha sido calificado por los congresistas como una burla al país, y una muestra de debilidad, que según palabras de Heresi, demuestra que el presidente es “claudicante y pusilánime”.
¿Es malo el diálogo? ¿Es una burla hacerlo en una reunión reservada? ¿Qué esperaban Mülder, Heresi, García Belaunde y Violeta? ¿Entrar a sangre y fuego para detener al puñado de radicales como indica Heresi? ¿Repetir la matanza de la curva del diablo en Bagua, durante el gobierno de García Pérez?
Reunirse con las autoridades regionales, y comenzar a tender puentes para iniciar el diálogo, es lo que debe caracterizar a un gobernante, y Vizcarra lo ha hecho. A diferencia de Alan García Pérez, no ha llamado a los agricultores del valle del Tambo, “perros del hortelano” ni “ciudadanos de segunda categoría” o los ha calificado “enemigos del desarrollo”.
¿Por no haberlos calificado de terroristas y no haber restablecido el orden a sangre y fuego, es que Heresi lo llama pusilánime al presidente de la república?
Otro que entra en el juego de la vacancia, aunque no lo dice abiertamente, es el congresista Marco Arana del Frente Amplio. La suspensión, es cierto, no resuelve el problema, como tampoco las treguas son sinónimo de fin de una guerra. Pero las suspensiones y las treguas, y de eso son expertos los políticos y los militares, abren las puertas del diálogo, y eso es lo importante de este tipo de acuerdos.
Alan García dejó un mensaje claro: “en política no hay que ser ingenuos”. Y es cierto. Y atrás de las declaraciones de Mülder y de los otros congresistas, está la bronca que tienen contra Vizcarra por haber logrado que no se dé la reelección de congresistas, y que estos no se refugien como futuros senadores, que fue la trampa que metieron en la bicameralidad, que no fue aprobada en el referéndum.
A los peruanos de a pie, solo nos queda esperar. En estos días nuevamente, la inestabilidad y la amenaza de vacar al presidente, será el tema central de las conversaciones. Unas preguntas finales ¿ese apoyo en las encuestas al presidente, tiene algún peso real? o ¿Sólo son cifras sin ninguna relevancia política?