QUITO (Ecuador).- Una iniciativa pretende alentar la navegabilidad por los ríos ecuatorianos mediante la recreación de la balsa con la que Alexander Von Humboldt recorrió el río Daule junto a Guayaquil, en coincidencia con el 250 aniversario de su natalicio.
La construcción de la embarcación busca revivir el espíritu del expedicionario de origen prusiano, considerado el padre de la geografía moderna y «gran descubridor de América», rescatando las tradiciones ancestrales de la cultura costeña de Guayaquil y sus alrededores.
Con el proyecto, según indicaron a Efe los patrocinadores, se busca recuperar la navegabilidad de los ríos que antaño eran surcados por diferentes embarcaciones, y al mismo tiempo resaltar la importancia de la ciudad de Guayaquil en sus expediciones e investigación científica más importante: las corrientes de Humboldt.
La maqueta de la embarcación fue realizada por el maestro Carlos Mosquera, con la supervisión histórica del arqueólogo Javier Véliz Alvarado y del arquitecto y experto cultural guayaquileño Melvin Hoyos, de acuerdo a las descripciones del propio diario de Humboldt.
La construcción es liderada por el maestro manabita Narciso Lino, en el muelle de Parque Garza Roja, a orillas del río Daule.
«Bajo esta iniciativa también queremos resaltar la cultura ancestral de la construcción de embarcaciones en nuestros astilleros criollos y el uso del río como medio de diversas transacciones socioculturales y económicas», manifestó el presidente de la Asociación Colegió Alemán Humboldt, Ramón Sonnenholzner.
La embarcación elaborada con troncos de madera de balsa, tiene quince metros de largo (en lugar de los 17 originales), cinco de ancho, tiene una vela para navegar y alberga una pequeña caseta.
El Colegio Alemán de Guayaquil patrocina la iniciativa junto con la Fundación Garza Roja, la empresa pública ASTINAVE, la también pública Empresa de Turismo y la Armada del Ecuador, con el aval de la Municipalidad de Guayaquil.
El proyecto busca revivir el espíritu de Humboldt, como fuente pedagógica inspiradora del humanismo y los principios de ecología.
El científico se embarcó en una expedición a finales del siglo XVIII que le llevó a visitar Cuba, México, Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador, donde vivió y estudió ocho meses cuestiones relacionadas con la biodiversidad del país y escaló el volcán Chimborazo, convirtiéndose en el primer hombre en hacerlo, hasta los casi 6,000 metros.
A Guayaquil arribó en 1803 y su pasión por la hidrografía lo llevó a estudiar los ríos Babahoyo y Daule, que la rodean.
En la ciudad costera, aunque no marina, registró la forma de construir embarcaciones, observó bosques maderables además de la elaboración de varios tipos de balsas.
Además, en las ciénagas y lagunas del sector observó gran variedad de flora y fauna que detalló en sus diarios de expedición.
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