El chileno Sebastián Muñoz analiza en la Mostra el amor entre hombres

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VENECIA/Italia.- El amor y la pasión puede surgir hasta en los lugares más inhóspitos, según narra el director chileno Sebastián Muñoz en «El Príncipe», una película sobre la búsqueda de la identidad sexual pero también de la compasión entre hombres.

El realizador compite en la «XXXIV Semana Internacional de la crítica», en el marco de la Mostra de Venecia, con esta cinta protagonizada por Juan Carlos Maldonado y Alfredo Castro.

En esta historia, ambientada en el Chile de 1970, el primero da vida a un veinteañero que una noche mata a su mejor amigo en lo que parece un crimen pasional.

Con su ingreso en una sórdida prisión, entra en contacto con un grupo de reclusos homosexuales liderado por «El Potro» (Castro), un hombre maduro y respetado con el que empieza a conocer el amor, la lealtad y una protección de la que no disfrutó estando en libertad.


Director chileno Sebastián Muñoz en «El Príncipe»

El director explica en una entrevista con Efe que su película es una adaptación de un libro de Mario Cruz que recibió de un amigo y que le interesó desde el primer momento porque arroja otro punto de vista sobre la capacidad de amar de los hombres.

«Me pareció demasiado atractiva la relación del mundo de los hombres dentro de la cárcel y como las relaciones humanas se entrecruzan porque al estar encerrados buscan el afecto más allá del género. Es una mirada no sobre la homosexualidad, sino sobre la necesidad de amar y de afecto de los hombres», sostiene.

En la cinta, que reconoce «cruda y fuerte», hay imágenes explícitas de sexo homosexual y de genitales masculinos. El realizador defiende su decisión de mostrarlo en pantalla porque, opina, casi siempre son las mujeres las que aparecen desnudas.

«Fue bien difícil el desafío, aunque el cuerpo es una cosa bella, natural, nunca tuve dudas de enfrentar los cuerpos frontales», sostiene.

El realizador chileno expresó su preocupación por la situación que todavía vive la comunidad homosexual en Chile y todo el continente Latinoamericano, donde a menudo encaran la discriminación e incluso la violencia, explicó.

Por eso, con este «drama carcelario», quiere lanzar un mensaje a los jóvenes y a las próximas generaciones: «Los afectos son la base del ser humano, siempre van a existir y para mí esto es una puerta para decirle a la juventud que tienen que ser libres», explicó.

EFE/Foto: programaibermedia.com

 

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