Las declaraciones de algunos líderes mundiales, los últimos días, no han hecho sino avivar las tensiones entre las grandes potencias, en el marco de una guerra comercial, entre Estados Unidos y China, que está afectando la economía mundial y que parece no tener una salida en el corto plazo.
¿Estamos atravesando un periodo similar al que vivió Europa entre 1874 y 1914, la entre guerra entre el conflicto francio-prusiano y la Primera Guerra Mundial? Las potencias europeas de ese entonces, consideraban que la única forma de garantizar una paz duradera, era un equilibrio estratégico militar. En pocas palabras, una carrera armamentista.
Durante la Guerra Fría, hubo momentos de tensión y se temió que estallase un conflicto nuclear entre las superpotencias. La mayor crisis fue la instalación de misiles en Cuba por parte de la Unión Soviética. Pero, se llegó a un entendimiento y no hubo el temido conflicto catastrófico para la humanidad.
Sin embargo, las guerras fueron moneda corriente en la segunda mitad del siglo XX. Pequeñas guerras entre países por fronteras o grandes guerras emancipadoras de las colonias africanas de los países imperiales europeos, como la de Argelia o Congo Belga.
También guerras de contenido ideológico, entre modelos económicos distintos, como fue la Vietnam del Norte con Vietnam del Sur, en la que intervino directamente Estados Unidos y tuvo que retirarse derrotado. El triunfo de la revolución cubana encajaría en este acápite al igual que la del sandinismo en Nicaragua, así como las derrotas de las guerrillas en Venezuela, el Perú y el fracaso del Che Guevara en Bolivia.
Pero es el oriente donde bulle el fuego de la violencia y en la que parece que están puestos los ojos de las grandes potencias. Primero Afganistán, luego Irak, ahora Siria. ¿Será Irán el próximo?
Donald Trump y Vladimir Putín, los presidentes de los países con mayor potencial bélico y que tienen loa mayores arsenales nucleares, no descartan una guerra nuclear. De hecho, el acuerdo para limitar la producción de armamento nuclear ha terminado, y nuevamente están en una carrera armamentista.
¿Estamos retrocediendo un siglo y creyendo, que el tener un gran arsenal nuclear tendrá el carácter disuasivo? Trump, ha señalado que si las tensiones con Corea del Norte se incrementan la borraría del mapa. Sí, no dejaría piedra sobre piedra. Y esta, ya sería otro tipo de guerra, no la de ejércitos frente a frente, ni la de baja intensidad como la aplicada frente a movimientos subversivos. Sería la guerra de exterminio total, tan como lo indica Donald Trump.
El otro frente, que sigue en el campo de la economía, es la guerra entre China y Estados Unidos. La guerra entre Japón y Estados Unidos, fue el corolario del bloqueo que acordó Estados Unidos para no venderle hierro ni petróleo, productos que no tiene –y en ese entonces dependía de la provisión que le daba Estados Unidos.
Las tensiones llegaron a agudizarse en la medida que Japón, que estaba en guerra con China e invadiendo colonias europeas en el extremo oriente, requería para continuar sus campañas militares. El bloqueo, lo considero Japón, y lo hizo saber, como una declaración de guerra.
Las tensiones no han llegado todavía a esos niveles, donde la única salida es la militar. Sin embargo, la presencia de Israel, como estado judío casi confesional, es un permanente foco de conflicto, por las políticas de limpieza étnica, que ha sido denunciado incluso en Naciones Unidas. El pueblo palestino ha sido despojado de propiedades y tierras y está viviendo en la estrecha franja de Gaza, sin ninguna posibilidad de tener una vida digna.
En medio de esta situación conflictiva, es bueno recordar que a Estados Unidos no le ha ido nada bien en Irak y está con problemas en Afganistán. En el caso de Siria, es la presencia soviética la que se manifiesta en su lucha contra el terrorismo del Isis y los rebeldes, apoyados directa o indirectamente por las potencias occidentales e Israel.
¿Tendremos paz duradera en medio de esta tensión y una carrera armamentista a la vista?