QUITO (Ecuador).- Cientos de mujeres ecuatorianas protagonizaron este sábado una nutrida marcha feminista en Quito a favor de la despenalización del aborto y exigieron al Gobierno el veto a una resolución de la Asamblea Nacional (Parlamento), que se negó a aceptar esa posibilidad en caso de violación.
La mayoría de mujeres usaban pañoletas verdes con la leyenda «Yo decido. Aborto libre» y arengaban por los derechos femeninos en el «Día de la Acción Global por el Acceso a un Aborto Seguro y Legal».
«Las niñas son niñas, las niñas no son madres», fueron algunas de las consignas coreadas por las activistas que se congregaron en la Plaza del Teatro, en el casco colonial de Quito.
Desde ese sitio, el nutrido grupo caminó por varias calles del centro de la ciudad en medio de cánticos y frases contra la sociedad patriarcal y capitalista.
Una tela grande y verde con la consigna «Juntas por nuestro derecho a decidir» abrió la manifestación que arrancó aplausos de los transeúntes e incluso de algunas monjas que se unieron a la causa de las feministas.
Muchas activistas advirtieron sobre el peligro que representa un embarazo no deseado y un aborto clandestino y adujeron que en los actuales momentos «sobrevivir a un aborto es un privilegio de clase».
Verónica Vera, del colectivo «Aborto libre Ecuador», aseguró a Efe que esta es una de las actividades que los grupos feministas han preparado para exigir que se respeten los derechos de la mujer a decidir sobre sus cuerpos.
Vera se lamentó que en el Legislativo, la fuerza del número de votos no haya dado paso a un derecho que actualmente es garantizado en varias partes del planeta.
«Nuevamente se les negó a las mujeres y a las niñas la posibilidad de tomar una decisión libre sobre el derecho a abortar producto de una violación», aseguró Vera quien reclamó al presidente del país, Lenín Moreno, que vete lo decidido por el Parlamento.
«Es el momento para que Moreno vete esta ley», pues es un «mínimo ético» que se despenalice el aborto por violación, añadió la activista.
Asimismo, criticó la posición de varios grupos denominados «Pro-vida» o ultraconservadores que se oponen incluso a la posibilidad del aborto en caso de violaciones.
Esos sectores «antiderechos», algunos ligados a la Iglesia, son «poderosos, tienen recursos, tienen capitales y están en una campaña de desinformación» sobre la realidad del aborto en el país, comentó Vera.
Por eso, las mujeres «seguiremos luchando» hasta que «la dignidad se haga costumbre» y que «la autonomía de las mujeres sea respetada», apostilló.
«De nuestra lucha depende nuestra vida» y por eso esta actividad es para reclamar «una vida digna», agregó la feminista, quien exigió que «se legisle con base en la realidad».
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