Los alcaldes de EEUU gritan al mundo que ellos sí apoyan el Acuerdo de París

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COPENHAGUE.- Los Ángeles, Nueva Orleans y otras ciudades estadounidenses demostraron este jueves al resto del mundo desde la cumbre de alcaldes del grupo de acción climática C40 que el Acuerdo de París sigue vivo en Estados Unidos, a pesar de la oposición de la Administración de Donald Trump.

El presidente estadounidense abandonó ese pacto global en junio de 2017. Dos años antes, cuando todavía estaba al frente Barack Obama, ese país y otros 194 se comprometieron en la capital francesa a que el aumento de la temperatura no aumente a final de siglo más de dos grados para limitar el impacto de la crisis climática.

En Copenhague, donde más de 70 alcaldes de las 94 ciudades que forman parte del C40 se reúnen desde el pasado miércoles y hasta el sábado para compartir soluciones innovadoras e impulsar nuevos compromisos, los representantes de Estados Unidos dejaron claro que su política medioambiental no sigue los pasos de Washington.

«No hay que esperar a que el gobierno avance, porque el trabajo de todas maneras acaba teniendo que hacerse a nivel local», apuntó el alcalde de Boston, Marty Walsh.

A Copenhague acudió una pequeña representación de integrantes de la Climate Mayors, una coalición de más de 400 alcaldes tanto demócratas como republicanos comprometidos en favor del medio ambiente.

Entre ellos, los regidores de Philadelphia, Austin, Portland o San Antonio, que hicieron frente común en su apuesta por la reducción de las emisiones contaminantes y el uso de energías limpias.

Al frente de todos, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, que este jueves asumió además oficialmente la presidencia del C40, en manos en los últimos tres años de la parisina Anne Hidalgo.

«Gracias por el compromiso. Tiene sentido que un alcalde estadounidense sea el presidente, después del fracaso histórico de que el gobierno federal de Estados Unidos abandonara el acuerdo de París», dijo Hidalgo durante el traspaso de poderes.

Su presencia sirvió además para enseñar algunas de sus mejores prácticas, como que Portland (oeste), que lidera el porcentaje en grandes ciudades estadounidenses de gente que va al trabajo en bici, cuenta con unos 560 kilómetros de carriles bici, y ha financiado la instalación futura de otros 80.

«Estoy aquí con otros grandes líderes para decir que seguimos dentro del pacto. Solo conocemos una dirección: adelante hacia un futuro sin emisiones», dijo su alcalde, Ted Wheeler, en un panel con otros siete homólogos.

El director ejecutivo del C40, el británico Mark Watts, destaca a EFE que el enfrentamiento entre gobiernos locales y nacionales no se limita a Estados Unidos, aunque ese país sea su ejemplo más destacado.

«La acción intergubernamental está siendo bloqueada por un pequeño número de líderes muy potentes de grandes naciones contaminantes. EEUU, por supuesto, pero también Brasil, Australia, Rusia y, hasta cierto punto, Turquía. Esos países representan esencialmente la industria de los combustibles fósiles, no los intereses de sus propios ciudadanos», dijo.

Para Watts, esos gobernantes dan la espalda voluntariamente a la ciencia, a conclusiones como que el nivel del mar podría subir más de un metro de aquí al año 2100 si se mantiene el actual aumento de las temperaturas, según dijo en septiembre el Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC).

«La única razón posible por la que puede que ignoren esas pruebas es si algo más les empuja a actuar de otra manera, y me temo que la respuesta es la avaricia, el deseo de enriquecimiento de una parte pequeña de la población. Aún creen que la riqueza llegará de combustibles fósiles, pero la riqueza real vendrá de la economía verde», concluyó.

EFE

 

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