MIAMI (EEUU).- La actriz venezolana Lupita Ferrer, la reina de los «culebrones» televisivos como Esmeralda y Cristal, pero también poseedora de una larga carrera internacional en cine y teatro, vuelve a las tablas con un espectáculo en Miami donde se ríe y llora de sí misma y donde la «fama» tiene el papel de villana.
«The Drama Queen» es un espectáculo de «teatro de inmersión total» creado para mayor gloria de Lupita Ferrer por el director Abraham Pulido y el escritor de cine y telenovelas Carlos Alfonso Pérez, que se estrena este miércoles 16 de octubre en la sala Black Box del Paseo Wynwood de Miami.
«Vi en Lupita Ferrer la más genuina expresión del melodrama de las telenovelas, donde ese estatus de diva de éxito arrollador y continuado había atentado contra su propia felicidad», dice Pulido a Efe acerca de las razones que le llevaron a crear esta obra.
«The Drama Queen» no es un ‘Stand Up'», ni tampoco un drama autobiográfico «formal o aburrido», explica el venezolano Pulido, director y escritor de producciones audiovisuales, incluidos videos musicales y avisos publicitarios, que cuenta con más de 80 premios y reconocimientos.
Pulido es autor del largometraje «Punch to the Heart» in Amazon Prime, «Criminal Master Mind», en Netflix, y una serie en clave de humor llamada «Mary for Mayor», que estará en Hulu en el 2020.
En esta obra que estará en escena hasta el 20 de octubre, Lupita Ferrer cuenta «historias jocosas, canta, declama, imita, se hunde en melancolía y tristeza y sobre todo llora, llora y llora como ella sabe hacerlo mejor que el resto del mundo», dice Pulido.
Esta vez Ferrer no se pone en la piel de un personaje ficticio creado por Delia Fiallo, sino que muestra «brochazos» de su propia vida, como «la maternidad perdida, la añoranza de haber tenido un hijo propio en sus manos y que nunca pudo ser».
La paradoja de haber vivido tantas historias de amor ficticio y que en la vida real se le escapara como «agua entre los dedos», incluyendo un romance con un torero español, sus encuentros con figuras como Cantinflas o Lee Strasberg, del famoso Actors Studio de Nueva York, y su propia clasificación de los actores que mejor besaban en escena entran en esta «inmersión teatral».
«Desde hace tiempo quería contar ciertas cosas de mi vida. Me parecía que era importante para los más jóvenes que aprendieran de mí, de mis aciertos y mis errores», dice la actriz venezolana cuando se le pregunta por qué decidió desnudar su vida ante el público.
Ferrer está agradecida de haber tenido una vida rica y variada, en la que no han faltado «las experiencias tristes y trágicas».
«Siento que tengo algo que aportar», subraya esta actriz con más de 50 años de carrera ininterrumpida y un público de más de 450 millones de personas si se suma el de sus películas, obras teatrales y series televisivas.
«Los hijos de Sánchez» (1978), con Anthony Queen, y «Un Quijote sin mancha», con Cantinflas, son algunos de sus filmes, mientras que en los últimos años participó en la versión estadounidense de la serie televisiva «Betty la fea» y en «Ángel rebelde».
Pulido y Pérez partieron de manuscritos nunca conocidos ni publicados de la actriz para «The Drama Queen» y acompañaron la historia con recursos audiovisuales de la carrera de Lupita.
«Siempre me han apasionado las contradicciones profundas del mundo del actor. A menudo hay un corto circuito entre los personajes que interpretan y sus propias vidas y muchas veces no se llevan bien. Esa comunicación dentro de ellos es tan desgarradora que conspira en contra de su propia felicidad», dice Pulido.
El director considera que es difícil conseguir «una artista tan completa, tan 360, que cante, actúe en varios idiomas, declame, baile y llore de verdad, como lo es Lupita Ferrer».
En la obra no solo ríe y llora con sus historias, sino que confiesa «su amor irrestricto con su público, que en última instancia es su gran familia», dice Pulido.
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