CIUDAD DE MÉXICO.- Un cielo nublado y la pertinaz llovizna aportaron un toque sombrío que hizo resaltar aún más el colorido de los carros alegóricos y la alegría de las comparsas que participaron este sábado en un ecléctico desfile que marcó el punto culminante de las festividades por el Día de Muertos en Ciudad de México.
Más de 3,000 artistas, 12 carros alegóricos y 50 comparsas ciudadanas avanzaron por el emblemático Paseo de la Reforma, la Avenida Juárez y la calle Cinco de Mayo, flanqueados por flores de cempasúchil plantadas a lo largo de gran parte del camino, así como por miles de ciudadanos y turistas, nacionales y extranjeros, que admiraron el espectáculo.
Los contingentes pasaron por hitos capitalinos como la Estela de Luz, la Diana Cazadora, el Ángel de la Independencia, la Glorieta de Colón, la Glorieta de El Caballito y el Hemiciclo a Juárez, para llegar alrededor de las 16.00 horas (22.00 GMT) a la Plaza de la Constitución, más conocida como el Zócalo, en el centro histórico de la ciudad.
Durante el recorrido recibían vivas y aplausos de los espectadores, entre los que había familias enteras, muchos de ellos con los rostros pintados como la Catrina, famosa figura de un esqueleto vestido de gran dama creada por el artista José Guadalupe Posada (1852-1913) y bautizada por Diego Rivera (1886-1957), que ha llegado a simbolizar el Día de Muertos en México.
Danzantes con atavíos indígenas, moviéndose al son de los tambores, evocaban las raíces prehispánicas de la celebración, que incorporó elementos de la fe católica traída por los conquistadores y colonos españoles en el siglo XVI, evolucionando y reinventándose a lo largo de los años hasta convertirse en el festival moderno.
Las comparsas comunitarias en esta edición del desfile estuvieron compuestas por miles de ciudadanos -mujeres, hombres y niños- que trabajaron por meses desarrollando sus vestuarios y coreografías.
Hubo homenajes a figuras del arte y la cultura como el pintor Francisco Toledo, el cantante José José y el historiador Miguel León Portilla, fallecidos en meses recientes.
Los carros alegóricos hacían referencia a la mitología de los mexicas -el pueblo indígena dominante de la época prehispánica- como el Mictlán o inframundo, o bien a figuras más recientes de la cultura nacional como Macario, el personaje principal de la película homónima de 1960 (interpretado por el actor Ignacio López Tarso), que se enmarca en el Día de Muertos.
También desfilaron enormes alebrijes, expresiones artesanales originarias de México que se fabrican con la técnica de la cartonería, pintadas con colores alegres y que generalmente representan seres fantásticos conformados por elementos de distintos animales reales e imaginarios.
Celebrando la identidad
«Estamos celebrando nuestra identidad y recordando a nuestros familiares que murieron», dijo a Efe Yunuén, una joven de 15 años con la cara pintada como calavera.
Su madre, Sonia, explicó que se ha esforzado por inculcar a sus hijos la tradición del Día de Muertos, que en el 2008 fue añadida como Patrimonio Cultural Intangible por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El desfile marcó el cenit de las diversas actividades que el Gobierno de Ciudad de México auspicia desde el 19 de octubre con motivo del Día de Muertos 2019, entre ellas exposiciones, conferencias, obras teatrales y ofrendas. Entre estas últimas destaca el «Altar de altares», instalado el viernes en el Zócalo.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, inauguró la ofrenda en medio de una gran expectación, e invitó a la población a visitarla «para no olvidar las tradiciones».
EFE/Manuel Soberanes Cobo
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