El aprovechamiento sostenible de la vicuña puede contribuir a que las comunidades del interior del país se beneficien económicamente y salgan de la pobreza, afirmó el director ejecutivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), Alberto Gonzales-Zúñiga.
“La fibra de vicuña está considerada entre las más finas del mundo y mide 15 micrones de diámetro. El pelaje de este camélido es denso, formado por fibras delgadas que crecen muy juntas, con el objetivo de proteger al animal tanto del frío como de la lluvia y el viento. Ayacucho es el departamento con mayor población de vicuñas, con más de 60,000 ejemplares”, mencionó Gonzales-Zúñiga.
Sostuvo que según la legislación peruana y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), suscrita por el Perú, los únicos productos provenientes de la vicuña que se pueden exportar son: fibra esquilada de vicuñas vivas, y telas y productos manufacturados bajo la marca Vicuña Perú y artesanías bajo la marca Vicuña-Perú-Artesanía.
La vicuña es Patrimonio Natural de la Nación. Asimismo, se las considera una especie representativa y emblemática del Perú y se simboliza en el Escudo Nacional como parte de los recursos naturales y la riqueza animal propia de nuestros territorios.
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