PARÍS (Francia).- La Unesco reunió este martes a más de 120 ministros de Cultura en un foro global, el primero hasta la fecha en dos décadas, que puso en común las experiencias de cada país e inició una reflexión conjunta sobre el papel de la cultura como motor de desarrollo e inclusión social.
Es la tercera ocasión que se celebra un encuentro ministerial de esta envergadura: el primero tuvo lugar en México en 1982 y el segundo en Suecia en 1998. Desde entonces, las reuniones habían tenido una dimensión local o regional.
La Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) lo acogió este martes por primera vez en su sede en París, al margen de la Conferencia General que desde el 12 de noviembre y hasta el día 27 fija su programa y presupuesto para los próximos dos años.
Frente a las fracturas económicas y sociales existentes, según indicó la directora general del organismo, Audrey Azoulay, «la cultura es un lenguaje que rompe barreras y refuerza relaciones entre generaciones».
La alta funcionaria francesa confió en que este foro sirva para mantener y establecer «canales de diálogo que en algunos casos se están cerrando o cuestionando».
La cultura como impulso para la paz, su rol en la transformación social y urbana, su impacto en el desarrollo humano y su peso en el desarrollo sostenible articularon la cita, que tuvo en su punto de mira cómo contribuir al cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible para el 2030.
Reunir a 120 ministros, y a 188 personas en total, con viceministros y otros representantes, «es de por sí un éxito», dijo a EFE Ernesto Ottone Ramírez, subdirector general de la Unesco para la Cultura.
En la reunión de México en 1982 ya se constató que la educación y la cultura son esenciales para el desarrollo del individuo y la sociedad y se sostuvo que las políticas culturales debían estar regidas por conceptos como el de identidad cultural.
https://recursos.efe.com/prod/previo?x=jpqmR8EiGMdGrRE243ZyQ2i8XeokGiRV6iFvltHQicIYlxFHiBzt61um3%2B5WM90Ybaaigxq8RMVsy3NsBmCbfWUfNVafYV4MCvhQd8ibNzPtmggXe0Glfe%2FLK4ZFNMR5&a=efsp
De Estocolmo en 1998 salió una mayor cooperación internacional en ese ámbito, y París recoge un testigo que, según se anunció, volverá a México en el 2022, año en el que ese país organizará un nuevo foro que conmemorará el 40 aniversario de la cita y donde se espera que el debate sin conclusiones emprendido hoy derive en iniciativas concretas.
La irrupción de la inteligencia artificial o los efectos del cambio climático sobre el patrimonio son nuevos desafíos que nutren ahora la reflexión y las prioridades conjuntas y de cada país.
«Perú tiene cientos de miles de pueblos multiculturales y ese es nuestro orgullo y fortaleza. Queremos ser diversos, pero estar juntos en la unidad. Nuestro propósito son políticas que nos ayuden a que el ejercicio de los derechos culturales sea pleno», dijo la viceministra peruana de Patrimonio Cultural, María Elena del Carmen Córdova.
El ministro panameño de Cultura, Carlos Aguilar, añadió que «las políticas culturales del siglo XXI deben estimular la protección del patrimonio accesible a la ciudadanía», y subrayó que se deben examinar las posibilidades de la cultura en la erradicación de la pobreza y la desigualdad.
Al encuentro asistió también la ministra colombiana de Cultura, Carmen Vásquez, que transmitió la importancia para su país de promocionar el acceso a la cultura.
Costa Rica animó, por su parte, a contemplar los servicios culturales de la misma forma que los medioambientales y a medir sus beneficios, y Jamaica destacó que las políticas culturales deben vincularse con sectores como el educativo o el turístico.
EFE/Marta Garde
⊕