A BORDO DEL AVIÓN PAPAL (EEUU).- El Papa reconoció hoy que hubo corrupción en la gestión de las finanzas vaticanas, en relación con el escándalo de las donaciones para el Óbolo de San Pedro, pero que esta vez se ha denunciado desde dentro y por tanto funcionan los mecanismo de transparencia.
Francisco respondió así durante la rueda de prensa durante el vuelo de regreso de Japón a una pregunta sobre el último escándalo de la compra de un inmueble en Londres por 150 millones de euros, por la que están siendo investigados cinco empleados de altas instituciones de la Santa Sede.
Antes que nada y ante algunas críticas de querer «hacer dinero» con el Óbolo de San Pedro -las donaciones que se recogen en las parroquias durante todo el año y que van destinadas a ayudas- Francisco defendió que es necesario realizar inversiones.
«No lo puedo meter en un cajón», dijo Francisco al explicar que una buena administración es buscar una buena inversión en la que el capital no pierda valor y que sea moral».
«Se puede comprar una propiedad, alquilarla, venderla. Pero al seguro, para el bien de la gente del Óbolo», agregó.
Reconoció que ha sido «un escándalo» lo que se ha descubierto y que «se han hecho cosas que no parecen limpias», pero valoró que la denuncia haya llegado desde dentro del Vaticano.
Según Francisco la reforma de la metodología económica que había comenzado ya Benedicto XVI y que él continuó está funcionando ya que «fue el revisor interno de las cuentas quien se dio cuenta de que había algo sucio».
«Es la primera vez que en el Vaticano destapamos un escándalo desde adentro y no desde afuera como muchas otras veces», destacó Francisco al puntualizar «que fue el revisor quien tuvo el coraje de hacer una denuncia contra cinco personas».
«Estoy contento de ello porque significa que hoy la administración vaticana tiene los recursos para esclarecer las cosas feas que suceden dentro», dijo.
Defendió que el Vaticano ha dado pasos adelante en su administración, y que por ejemplo, el IOR, el banco vaticano, «hoy en día es aceptado por todas las bandas y puede actuar como los bancos italianos, algo que no se podía el año pasado».
El Papa también hizo referencia a que nombrará en breve al residente de la Autoridad de Información Financiera (AIF), que se ocupa de revisar las finanzas de la Santa Sede y luchar contra el blanqueo, y que será «un magistrado de altísimo nivel financiero nacional e internacional».
El pasado 18 de noviembre, la Santa Sede informaba de que el suizo René Brülhart cesaba como presidente de AIF al concluir su mandato
La forma con que Brülhart condujo la AIF fue objeto de controversias en el pasado, hasta el punto de que el pasado mes de mayo el entonces portavoz interino de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, tuvo que aclarar que no había ningún procedimiento ni investigación judicial contra él.
Sí que está en cambio siendo investigado por la fiscalía vaticana el que ha sido su ‘mano derecha’ en la AIF, el director Tomasso Di Ruzza.
Según adelantó en octubre la revista ‘L’Espresso’, Di Ruzza y otros cuatro funcionarios de la Curia romana son sospechosos de los delitos de «malversación, estafa, abuso de poder y blanqueo de capitales» por la compra del edificio de Londres.
Los interrogatorios de estas personas comenzarán en las próximas semanas, anunció el Papa.
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