BELGRADO.- El Parlamento de Montenegro aprobó este viernes, en medio de protestas ciudadanas, una controvertida ley que prevé declarar bienes estatales las propiedades de las comunidades religiosas y a la que se opone la Iglesia ortodoxa serbia.
La ley recibió el apoyo de 45 diputados -en una cámara de 81 escaños- en una votación celebrada esta madrugada, tras un acalorado debate que se prolongó durante más de quince horas, informó el portal montenegrino Analitika.
Antes de la votación, los diputados de la oposición intentaron bloquear el sufragio, denunciando entre gritos e insultos la falta de democracia y diálogo, por lo que fueron desalojados por la policía.
Entretanto, varios cientos de manifestantes, entre quienes hubo también sacerdotes ortodoxos, protestaron en Podgorica pero no pudieron acercarse al edificio del Parlamento ante el gran despliegue policial, que bloqueaba el centro de la capital.
También, en diferentes partes del país los ciudadanos bloquearon varias carreteras.
El jerarca del Arzobispado de la Iglesia ortodoxa serbia en Montenegro, Amfilohije, había pedido al gobierno aplazar el debate para después de la Navidad, que los ortodoxos celebran el 7 de enero, tras insistir en que no hubo consultas sobre la ley.
El pasado lunes, cientos de sacerdotes y monjes de la Iglesia ortodoxa serbia en Montenegro protestaron en Podgorica, y unos días antes más de 6.000 personas se manifestaron en Niksic, al norte de la capital, para exigir la retirada del proyecto de ley.
La llamada «Ley de Libertad Religiosa» incluye una provisión para registrar como «bienes públicos» todos los inmuebles y propiedades de las comunidades religiosas, a menos que se presenten documentos que confirman que ya eran propiedad de la Iglesia antes de 1918, cuando Montenegro se integró en el entonces Reino de Yugoslavia.
Si no existe esa evidencia se considera que esos bienes son estatales y serán registrados como «herencia cultural de todos los ciudadanos».
En el Parlamento, la Iglesia ortodoxa de Montenegro contó con el apoyo del prorruso «Frente Democrático», el principal partido de la oposición, y varios partidos proserbios.
El presidente montenegrino, Milo Djukanovic, hombre fuerte del país desde hace 30 años, había denunciado que las protestas buscan forzar que el país renuncie a su futuro en la Unión Europea y en el eje euroatlántico en favor de una «ilusión nacionalista».
La Iglesia ortodoxa es dominante en este pequeño país, de unos 620.000 habitantes, que se independizó en 2006 del Estado común que formó con Serbia tras la desintegración de Yugoslavia. EFE
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