MOSCÚ.- La Duma o Cámara de Diputados de Rusia dio hoy, en un tiempo de récord, el primer espaldarazo a las reformas constitucionales presentadas por el presidente ruso, Vladimir Putin, que teóricamente aún deben recibir el visto bueno de los rusos en votación popular.
«Llamo a todos a apoyar en primera lectura los importantes cambios a la Constitución iniciados por nuestro líder nacional, Vladimir Putin», dijo Serguei Neverov, líder del partido del Kremlin, Rusia Unida, en su intervención ante la Cámara Baja del Parlamento ruso.
DEBATE RELÁMPAGO
Tras apenas dos horas de debate, los 432 diputados presentes aprobaron la reforma por unanimidad, sin abstenciones ni votos en contra.
No pusieron pegas ni los comunistas ni los ultranacionalistas ni los socialdemócratas, los únicos partidos junto a Rusia Unida con representación parlamentaria, ya que la oposición liberal y radical no accede a la cámara desde hace más de una década.
Los oficialistas destacaron las garantías sociales que propuso Putin -acuñar en la Carta Magna una pensión digna y un salario mínimo por encima del índice mínimo de subsistencia-, que «dan seguridad en el día de mañana».
El resto se congratularon de que Putin haya otorgado mayores poderes al Parlamento, tanto a la Duma como al Senado, ya que la primera podrá ahora aprobar al primer ministro, mientras la segunda nombrará al fiscal general.
Sin embargo, no son pocos los políticos y analistas que consideran que, mientras siga siendo el presidente el que proponga la candidatura del jefe de Gobierno, la Duma seguirá dependiendo del Kremlin.
SEGUNDA LECTURA EN DOS SEMANAS
El presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, se felicitó por la unanimidad mostrada por los diputados, a los que exhortó a continuar el trabajo para examinar el proyecto en segunda lectura ya el 11 de febrero.
Y es que los diputados tendrán ahora quince días para presentar propuestas a las enmiendas constitucionales, aunque también recomendó no salirse del marco legal establecido por Putin.
«El concepto ha sido aprobado. Ahora se discutirán las enmiendas», agregó Volodin, quien no descartó que la Duma vote la ley en tercera lectura a finales de febrero.
PRISAS Y FALTA DE TRANSPARENCIA
Precisamente, las prisas y la falta de transparencia han sido las principales críticas contra el proceso de aprobación de la reforma anunciada por Putin el 15 de enero en su discurso sobre el estado de la nación, que podría entrar en vigor en breve.
Por ejemplo, la Duma aprobó hoy una ley sobre una votación nacional, pero se desconoce si será vinculante o una simple consulta a la ciudadanía, ya que desde el Kremlin a la Comisión Electoral Central (CEC) han rechazado la convocatoria de un posible referéndum.
La presidenta de la CEC, Ella Pamfilova, no resolvió las dudas al descartar hoy una posible votación electrónica y hablar de una «votación popular» que tomará prestadas cosas de unas elecciones presidenciales y de un plebiscito.
«Vamos a introducir el término excepcional, una acción única, para que no haya confusión, para que no haya alusiones a la legislación vigente. Hay mucha especulación. ¿Por qué no un referéndum? Pues porque no hay motivos para un referéndum. Las enmiendas que propone el presidente no exigen un referéndum», comentó.
Pamfílova fue incluso más allá: «Esas enmiendas bien podrían ser aprobadas por la mayoría constitucional que hay en la Asamblea Federal «, que incluye a la Duma y el Senado.
«A nuestras autoridades les gusta tomar por idiotas a la población, pero esta vez se han superado. Organizan una votación nacional que de manera absolutamente oficial no tendrá ni el más mínimo significado», respondió en Twitter Alexéi Navalni, líder de la oposición extraparlamentaria.
Navalni denunció que los diputados se propongan aprobar deprisa y corriendo las reformas, tras lo que propondrán a los rusos «una votación de mentira» para dar la impresión que es la población la que da el visto bueno a los cambios constitucionales.
ALTERNATIVA OPOSITORA
Mientras, el partido liberal Yabloko, que tampoco está presente en la Duma, anunció que el viernes creará un Consejo Constitucional alternativo para proponer enmiendas a la Constitución y que incluirá a juristas, expertos en derecho constitucional, políticos y politólogos.
«El aspecto político de las enmiendas (de Putin) es evidente: no sólo perpetuar el actual sistema, sino hacerlo más autoritario, cerrado y económicamente ineficaz», dijo su líder y fundador, Grigori Yavlinski.
Denunció que la reforma es «turbia» e «incomprensible», busca «aislar» al país del derecho internacional y crea un nuevo órgano como el Consejo de Estado con funciones «desconocidas».
«Por eso, considero necesario una activa campaña política: planteo a la sociedad los cambios a la Constitución que necesitan los ciudadanos y no los grupos que están en el poder. Proponemos una alternativa, proponemos actuar», afirmó el veterano político.EFE