Un grupo de activistas de la comunidad LGBTIQ del Perú se reunió en dos céntricas plazas del centro de Lima para llevar a cabo la acción «Besos por la diversidad» con el fin de denunciar la discriminación y violencia contra las personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Un día después de la boda simbólica que este colectivo organizó en el Parque del Amor, en el distrito de Miraflores, otro grupo de gais, lesbianas y bisexuales se congregó en la plaza San Martín para besarse envueltos en las características banderas multicolores de este grupo.
La acción fue convocada en redes sociales y se replicó igualmente en la Plaza de Armas, en pleno centro histórico de Lima.
Los «Besos contra la Homofobia» fueron establecidos en esta fecha por esta comunidad desde 2011 cuando un grupo de activistas LGBTIQ fue duramente reprimido por la Policía por darse estas muestras de cariño en la Plaza de Armas, donde se encuentran el Palacio de Gobierno, la Catedral de Lima y la Municipalidad Metropolitana.
En un pronunciamiento, los organizadores de la acción manifestaron que la acción policial en esa fecha fue «un claro ejemplo de abuso de autoridad y discriminación, como mensaje de rechazo y odio a las vidas de miles de personas LGTBIQ+ del Perú y del mundo«, lo que reafirmó su necesidad de «seguir luchando y resistiendo frente a la injusticia y violencia contra nuestras vidas».
Demandaron y exigieron al Estado peruano, a través de sus tres poderes, y a las diferentes instancias e instituciones públicas y privadas, «a legislar en el marco de los tratados nacionales e internacionales, al cumplimiento y respeto de la Ley que Promueve la Igualdad y la No Discriminación por Orientación Sexual y de Género, así como la aprobación urgente de la Ley de Identidad de Género en el marco de los Derechos Humanos«.
Asimismo, exhortaron a los gobiernos locales a implementar y promover las acciones y normativas necesarias que garanticen el respeto a la vida digna de sus ciudadanos, y, sobre todo, «al respeto por nuestras vidas, porque, aunque la sociedad y el Estado se nieguen en reconocerlo, ¡EXISTIMOS! y no estamos ni estaremos dispuestos a negociar nuestros Derechos».
Al cumplirse este sábado 15 de febrero nueve años del primer beso contra la homofobia, los activistas remarcaron que siguen más fuertes y unidos, y que se reafirman «en la lucha de nuestros hermanos que hoy siguen de pie por un país donde todos, algún día, nos miremos como iguales». EFE