PARÍS (Francia).- El exjuez español Baltasar Garzón, al frente del equipo de abogados internacionales de Julian Assange, se mostró este jueves convencido de que en el juicio para su extradición, que comienza el próximo lunes en Londres, aportarán suficientes pruebas para evitar la entrega a Estados Unidos del fundador de WikiLeaks.
«No tengo por qué desconfiar de la Justicia británica. Hasta ahora han seguido el proceso de extradición y por primera vez el próximo lunes y martes vamos a poder exponer los argumentos. Tengo confianza porque el caso es muy claro en cuanto a la ausencia de indicios delictivos de Julian Assange«, dijo Garzón en París, donde participó en un acto con otros letrados y el padre del acusado.
El exjuez español no quiso referirse al testimonio de una testigo que según diversos medios dirá ante el tribunal londinense que el presidente de EEUU, Donald Trump, prometió el indulto al fundador de la plataforma WikiLeaks a cambio de que negara la implicación de Rusia en la filtración de correos electrónicos secretos en el 2016.
Según esos medios, la oferta fue hecha en la embajada ecuatoriana en Londres, donde tenía asilo político Assange, por el excongresista republicano Dana Rohrabacher.
La testigo en cuestión es la abogada Jen Robinson, que tenía previsto participar también en la rueda de prensa en París pero que finalmente no viajó para preparar su comparecencia en el tribunal.
Garzón aseguró que «Robinson no puede hacer comentarios antes de su declaración» por respeto a la corte y para no desvelar su línea de defensa, pero señaló que en el juicio «se presentarán todas las evidencias» sobre esa reunión de Assange con Rohrabacher.
«No conozco el testimonio de Robinson, lo que tenga que decir lo dirá y lo que diga estará sustentado en pruebas suficientes», agregó.
Al tiempo, aseguró que pondrán sobre la mesa las dificultades que han tenido a la hora de preparar la defensa por el espionaje al que fue sometido su cliente y sus letrados durante los siete años que estuvo en la embajada de Ecuador.
Garzón denunció, al tiempo, las «condiciones de extrema dureza» en las que está encerrado Assange en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh, sin apenas entrar en contacto con otras personas, lo que ha degradado mucho su estado físico y psicológico.
Atribuyó ese trato «impropio de una persona a la que no se le imputan delitos de sangre» a que el demandante de la extradición es Estados Unidos, país al que se le permite, según el exjuez, superar ciertos límites cuando asegura tener amenazada su seguridad nacional.
También criticó al Gobierno del presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, que entregó todos los documentos de Assange a EEUU y que puso fin al asilo político que a su cliente le había dado su antecesor, Rafael Correa.
En la conferencia de prensa de París también estuvo John Shipton, el padre de Assange, quien consideró que no hay ningún motivo para que su hijo siga retenido y que se mostró confiado en que «pronto pueda regresar a casa».
Desde hace unas semanas, el mediático letrado francés Eric Dupond-Moretti se ha incorporado a la defensa de Assange y aseguró que van a pedir una audiencia al presidente francés, Emmanuel Macron, para solicitar el asilo político para su cliente.
Lo sustentarán en el hecho de que la madre de su última hija, al igual que ésta misma, son francesas y residen en ese país, así como en las disposiciones del derecho francés que prevén el asilo a defensores de los derechos humanos cuya vida corra peligro.
Dupond-Moretti aseguró que visitó hace unos días a Assange y que «tiene dificultades para expresarse, su estado se ha ido degradando y pasa mucho tiempo acostado».
Tampoco descartó volver al Tribunal Europeo de Derechos Humanos para pedir amparo.
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