El papa Francisco se unirá al rosario que la Conferencia Episcopal italiana ha convocado para este jueves en todo el país a las 21.00 hora local (20.00 GMT) y, en un videomensaje, reza una oración en la que invoca a san José en estos momentos de pandemia.
«En esta situación sin precedentes, en la que todo parece fallar, ayudémonos a mantenernos firmes en lo que realmente importa», pide el pontífice.
En el videomensaje, el papa también habla de cómo afrontar esta pandemia, que en Italia ha causado ya más de 2.500 muertes y está generando importantes problemas en el sistema sanitario.
«La verdad de esta experiencia se mide en la relación con los otros, que en este momento coinciden con los familiares más cercanos: acerquémonos unos a otros, ejerciendo ante todo caridad, comprensión, paciencia, perdón», apunta.
Y añade: «por necesidad, nuestros espacios pueden haberse reducido a las paredes de la casa, pero tengan un corazón más grande, donde el otro pueda encontrar siempre disponibilidad y acogida».
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«Esta noche recemos unidos, encomendándonos a la intercesión de San José, Custodio de la Sagrada Familia, Custodio de cada una de nuestras familias», insta el pontífice.
En su oración, pide a san José que ilumine «a los responsables del bien común, para que ellos sepan -como tú- cuidar a las personas a quienes se les confía su responsabilidad».
«Da la inteligencia de la ciencia a quienes buscan los medios adecuados para la salud y el bienestar físico de los hermanos», prosigue.
«Apoya a quienes se sacrifican por los necesitados: los voluntarios, enfermeros, médicos, que están a la vanguardia del tratamiento de los enfermos, incluso a costa de su propia seguridad», continúa el rezo.
Bendice, san José, añade, «a la Iglesia: a partir de sus ministros, conviértela en un signo e instrumento de tu luz y tu bondad».
«Acompaña, san José, a las familias: con tu silencio de oración, construye armonía entre padres e hijos, especialmente en los más pequeños y preserva a los ancianos de la soledad, asegura que ninguno sea dejado en la desesperación por el abandono y el desánimo».
La oración concluye con un «consuela a los más frágiles, alienta a los que flaquean, intercede por los pobres» y «con la Virgen Madre, suplica al Señor que libere al mundo de cualquier forma de pandemia».
EFE