PANAMÄ.- Setenta colonias de hormigas en el baño de su casa es el nuevo e inédito escenario de la investigación de un joven científico panameño, luego de que su estudio y la recolección de los insectos fueran cortados por el confinamiento decretado en Panamá para contener la propagación del COVID-19.
Se trata de Dumas Gálvez, que como becario postdoctoral realiza una investigación sobre la capacidad de las hormigas para defenderse de las enfermedades en la ciudad y en la naturaleza para el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés).
El estudio de Gálvez indaga en los efectos de la urbanización y pérdida de bosques en los insectos, y lo desarrolla con la asesoría de la científica Sabrina Amador.
El 6 de marzo, tres días antes de confirmarse el primer caso de COVID-19 en Panamá, salió con coa, piqueta, pala y avena, en busca de nidos de la especie que estudia, la Ectatomma ruidum.
Pero hace semanas que el joven científico no puede salir a recolectar nidos de E. ruidum y su proceso de investigación se ha desacelerado.
Cuando se decretó la cuarentena por el coronavirus en Panamá, el 25 de marzo, Dumas tenía toda su infraestructura de investigación en un laboratorio en Gamboa, una de las sedes del STRI en Panamá.
«Ahora mantiene 70 colonias de hormigas en un baño de su casa que nadie utiliza. Y esta solución temporal le ha permitido seguir avanzando durante la pandemia», señaló un comunicado del STRI.
Gálvez, que desde niño tuvo curiosidad por estos insectos, descubrió que las hormigas gustan de la avena. La recogen del suelo y la llevan a su colonia, y revelan así la ubicación del nido y sus diversas recámaras, de donde recolecta los insectos.
El científico quiere comparar el sistema inmunológico de las hormigas en las áreas urbanas, y su defensa natural contra las enfermedades, con el de las que habitan entornos boscosos.
Para hacerlo, las infecta con un hongo y mide su supervivencia.
Su estudio va más allá, porque además de comparar su sistema inmunológico, Dumas compara la diversidad de hongos patógenos entre los distintos suelos, y espera llegar a estudiar la especie a nivel genético también.
Su dilema es de si se llegan a ver diferencias en la resistencia de las hormigas «pero no tienen nada que ver con los hongos».
Considera que «podría ser que entre las hormigas de cierto lugar hay más endogamia, y eso reduce la diversidad de genes asociados a las defensas».
Las hormigas que viven en sitios urbanos o en potreros, igual que os hongos que las enferman, experimentan condiciones más secas y calientes que las de los bosques.
A su vez, con el continuo crecimiento de las áreas urbanas y la pérdida de hectáreas de bosques tropicales cada año, el planeta está cada vez más caliente y seco.
En ese sentido, el STRI señala que el proyecto de Dumas permitirá entender «cómo estas condiciones influyen en la interacción de las hormigas con los hongos que las enferman».
«Y esto podría abrir una nueva línea de investigación en Panamá, relacionada con el sistema inmunológico y las amenazas naturales de los insectos que son importantes para la agricultura y economía, como las abejas, o para la salud, como los que transmiten enfermedades».
En términos generales, según el ente científico, «también aporta a nuestra comprensión de cómo los organismos más sencillos se irán adaptando al cambio climático, algo que nos tocará hacer a todos».
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