Los servicios penitenciarios de California (EE.UU.) revelaron este viernes que el expresidente de Perú Alejandro Toledo (2001-2006), que se encuentra bajo arresto domiciliario mientras dura su juicio de extradición, abandonó su hogar en cuatro ocasiones para ir a la playa y a casas de vecinos.
Estas cuatro salidas de su residencia, detectadas a través de un sistema de vigilancia con GPS y la primera de las cuales fue el 15 de abril, constituyen una violación de las condiciones bajo las que Toledo salió de prisión bajo fianza el pasado 20 de marzo, por lo que el juez que lleva el caso, Thomas Hixson, le alertó de que, si se repite algo similar, ordenará que vuelva a la cárcel.
«Esto no es un juego, estas condiciones son importantes. Aprecié en usted riesgo de fuga y usted no puede salir de su casa o del jardín. La única alternativa sería mandarle de nuevo a prisión», amenazó Hixson en una audiencia celebrada por vía telefónica.
Toledo reconoció implícitamente los hechos y prometió al magistrado que no lo volvería a hacer.
Aunque ninguna de las salidas de Toledo ha llegado a ser de una hora entera, estas fueron en aumento de manera progresiva tanto en duración como en distancia viajada, lo que llevó a la fiscal Elise Lapunzina a observar que «parece que está probando cuán lejos puede llegar y por cuánto tiempo».
Así, puso en duda que la esposa del exmandatario, Eliane Karp, esté cumpliendo con su función de custodiar el arresto domiciliario tal y como le asignó el juez; pidió que se eleve la cuantía de la fianza de Toledo; y que se informe de estas violaciones a los amigos del expresidente que contribuyeron a abonarla.
Lapunzina también pidió al juez que obligase a Toledo a informar al Gobierno de EE.UU. de su nuevo lugar de residencia -el expresidente y su esposa se han trasladado de vivienda desde que salió de la cárcel-, pero este rechazó la petición y aseguró que basta con que los servicios penitenciarios tengan esa información.
La Defensa de Toledo arguyó que el cambio de dirección se produjo porque el FBI contactó con el propietario de la vivienda en que residía anteriormente para «acosarle», un extremo que la fiscalía negó, aunque reconoció llamadas de la Policía para recabar información.
Tras haber pasado casi nueve meses en prisión desde su arresto en julio del año pasado, Toledo pudo regresar a casa en marzo después de que su abogado alegase de que, debido a su avanzada edad y estado de salud, el expresidente corría un serio riesgo en prisión ante la pandemia de coronavirus.
California se encuentra bajo orden de confinamiento por la pandemia, por lo que las salidas de Toledo también podrían haber violado este decreto, especialmente si como parece fue a casas de vecinos y no respetó por tanto el distanciamiento social.
El exmandatario está acusado de haber recibido hasta 35 millones de dólares de la constructora Odebrecht a cambio de favorecer a la empresa brasileña en sus negocios en Perú cuando él aún era presidente, y ha pasado los últimos tres años prófugo de la Justicia peruana en el área de la bahía de San Francisco, en EE.UU.
EFE