El fútbol poscoronavirus será un acopio desconcertante de requisitos novedosos, reglas, restricciones desagradables, lejos de como era antes. No habrá otra que aceptarlo y obedecer la serie de advertencias para no contagiarse.
El tiempo que dure esto, nadie lo sabe. Se ve que es para meses, de repente hasta el año entrante. Fútbol con mascarillas, guantes, exámenes cotidianos para descartar un posible contagio, lavado de manos, antes, durante y después de los partidos, serán frecuentes.
Se tendrá que jugar sin público, la esencia de la pasión futbolística es el grito del gol, el salto sin pudor y el abrazo informal de desconocidos unidos a través de un sentimiento.
No habrá público para un espectáculo con ausencia mágica del gol. Apenas los futbolistas, árbitros, periodistas y autoridades comprometidas con el espectáculo formarán parte de una escenografía que se hará habitual.
El doctor Jorge Alva Flores, conocido personaje del fútbol, médico de profesión, forma parte del equipo médico que evalúa protocolos de salubridad aplicados al fútbol por encargo de la FPF.
El doctor Alva adelanta que el uso de mascarillas será obligatorio, también guantes cuya presencia de orden obligatorio serán más chequeados que las propias canilleras.
FIFA encargó a la International Board que elabore modificaciones en las reglas. Una de las primeras será la parte de las sustituciones. Eran tres los cambios permitidos, ahora serán cinco.
No estará permitido que el jugador reclame al árbitro. Si era frecuente antes, ahora no se permitirá. Los árbitros felices al no tener que soportar las iracundas posturas de futbolistas que reclaman hasta la saciedad.
En Europa también se han contagiado de los protocolos como puede advertirse en el hecho que en Old Trafford se construya una tribuna para aficionados que verán los partidos parados.
Así, el fútbol tendrá otra razón de subsistencia, menos tolerable y más reglamentarista. Nadie podrá pasarse de listo. Todos los peligros que no había antes, lo habrá en el futuro cercano.
En otras ligas, especialmente de Europa, se someten a los caprichos del virus y aunque ya programan el reinicio del fútbol, depende de las autoridades las que ordenen la esperada vuelta de los diferentes torneos.
No habrá marcha atrás. El fútbol no será el de antes, preguntándose el hincha qué es lo que más extrañará. De repente el derecho a los espectáculos, pero en estas circunstancias lo veremos por TV.
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