Aprovechando que estamos en la onda del Festival de Cine de Lima, en su edición 19, me puse a pensar ¿qué hacer con el crecimiento obvio de producción cinematográfica peruana? Ya hasta perdí la cuenta de la cantidad de películas nacionales, de distintos géneros y calidades que se están estrenando este 2015.
Ya en una columna anterior exprese mi posición frente a todos aquellos peruanos que sistemáticamente y casi por rutina social ningunean el cine nacional. Ahora, siempre en esa línea, voy a subrayar que yo soy de aquellos que gustan ver el “vaso medio lleno” y no “medio vacío”. Los segundos son aquellos que se quedan en la crítica negativa, como “tienen muchas lisuras”, “los efectos especiales son puro champazo”, “la trama totalmente predecible”. Sigo sintiendo que esas sesudas cavilaciones se ven también en producciones de Hollywood.
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Los que vemos el “vaso medio lleno” podemos sacar a relucir argumentos muy distintos, primero que nada hay un tremendo avance en el nivel cuantitativo, los estrenos se suceden unos a otros. Pero sí esa es la cara de la moneda, el sello sería su escasa duración en cartelera, y tampoco estoy a favor de obligar a las salas de cine a mantener cintas que les resultan un déficit económico.
Lo otro es la calidad. No niego que la mayoría de películas “hechas en Perú” vienen careciendo de un índice favorable de calidad. Incluso, recién el otro día pude ver Asu Mare 2 y no queda otra que reconocer que la cinta original, sin ser tampoco un prodigio, era tremendamente superior en guión. Pero en este caso se cumple con el divertimento, tampoco se le exige demasiado a comedias estadounidenses, como la saga de Scary Movie o ¿Qué pasó ayer?
También he escuchado una apreciación bastante debatible “antes se trabajaban más las películas peruanas”. Hay que aclarar, en tiempos pasados se llegaban a estrenar cuando mucho dos o tres filmes al año, hasta ha habido tiempos de sequía total. Hoy, también hay proyectos buenos: El evangelio de la carne, Rosa Chumbe (en el Festival de Lima), Viejos Amigos, Climas, y sobretodo Magallanes (también en el festival de la PUCP y ganadora de un premio en San Sebastián).
Planes para mejorar
¿Cómo hacer para mantener una película peruana dentro de cartelera? Podríamos escuchar a Tondero Filmes, responsables de Asu Mare, que leyó el gusto popular y se mantuvo por semanas. Es evidente que ellos trabajan una estrategia de publicidad y mercadeo bastante efectiva, ahora lo hacen con Lusers (también con Carlos Alcántara, y actores de diferentes partes de Latinoamérica).
Se me ocurre la iniciativa de un premio al cine del Perú, algo así como nuestro Oscar lorcho, y hacerlo con acción participativa de la gente. Desde el diseño del trofeo, hasta la votación. Sería una forma interesante de comprometer al peruano de a pie con las obras cinematográficas nacionales.
Diseñar categorías serias como: Mejor película, Mejor actor, Mejor actriz, etc. Pero también nominaciones divertidas (al estilo MTV): Mejor pelea, Mejor escena de persecución, Mejor susto (se está incursionando bastante en el cine de horror, siendo el más claro de ejemplo Cementerio general), Mejor secuela, Mejor uso de escenario peruano (las películas que se ruedan en la selva o en Cusco, en fin cualquier lugar hermoso de nuestro territorio nacional), Mejor Canción. El universo de posibilidades es vasto. Aquí hay trabajo, hagámoslo antes de seguir quejándonos.