La cita telemática que el lunes va a reunir a los veinte clubes de la Premier League pretende descifrar el futuro inmediato de la máxima competición inglesa, pendiente de resolver lo que resta de temporada y definir los procedimientos clasificatorios que quedaron en el aire a causa de la pandemia del coronavirus.
La idea de volver a los entrenamientos el próximo 18 de mayo y de concentrar el final de la Liga en una serie de campos neutrales está aún por ver. La situación sanitaria de Inglaterra, uno de los países más castigados por la COVID-19, pone en entredicho el retorno al trabajo para los futbolistas en la fecha pensada.
Está a expensas de las decisiones del gobierno el punto de arranque y, por tanto, el desarrollo del plan proyectado por las autoridades deportivas del principal torneo inglés.
El otro asunto, el de jugar el resto de la Liga en campos neutrales, también deja en el aire la vuelta del fútbol inglés. Es un tema que tiene dividido a la Premier Lueague. Una grieta entre los clubes hoy por hoy difícil de reparar.
Nueve jornadas, diez para algunos equipos, restan para completar la competición. Noventa y dos partidos pendientes y más de 800 millones de euros en juego por derechos de televisión que pueden difuminarse si no hay partidos.
El plan necesita el voto favorable de al menos catorce de los veinte clubes de la Premier League para tener luz verde. Sin embargo, la idea de jugar en campos neutrales cuenta con la sabida negativa de los seis últimos clasificados en el momento de la interrupción de la competición, aunque planea la sensación de que la oposición es aún mayor, lo que echaría para atrás el proyecto.
El Brighton and Hove, el West Ham, el Watford junto a los tres últimos, el Bournemouth, el Aston Villa y el Norwich, colista, no son partidarios de resolver los choques pendientes en estadios como Wembley, Old Trafford del Manchester United, Villa Park de Birmingham, recinto del Aston Villa, Emirates de Londres del Arsenal, St. Mary’s de Southampton, Etihad, del Manchester City, King Power de Leicester, Olímpico de Londres recinto habitual del West Ham y The Amex de Brighton, escenarios que se manejan como sedes neutrales.
Estos seis clubes junto algún otro que no ha hecho pública su decisión no ven claro que el cierre de curso sea fuera de sus recintos habituales en un momento tan clave para definir el futuro.
Además de poder jugar en sus estadios, estas entidades se aferran a la posibilidad de que una suspensión de la Liga anule los descensos y asegure su permanencia en la Premier. Así mantendrían el estatus y la inyección económica que pueden perder si caen de categoría.
El último club en hacer público su rechazo a la iniciativa prevista fue el Watford, que el sábado se sumó a la negativa del Brighton and Hove y el Aston Villa, los primeros en apartarse categóricamente de la idea.
El presidente y director ejecutivo del Watford, Scott Duxbury, indicó que jugar el resto de curso en estadios neutrales «compromete la equidad y la integridad deportiva».
«Asumo que no podemos tener seguidores en el estadio. Es evidente en la situación actual. Sin embargo, ahora se nos dice que tampoco podemos disputar nuestros partidos como local en Vicarage Road, en nuestro campo, con la ventaja que eso supone. Esto sin contar que los jugadores van a ver sus vidas, de pronto, al revés del mundo. Que todo vuelva como si nada hubiera pasado a pesar de que el resto de la sociedad aún se enfrenta a restricciones que no se van a cumplir en un campo de fútbol», añadió el presidente del Watford.
«Cuando al menos seis clubes, y sospecho que más, están preocupados por la clara desventaja y los efectos devastadores de jugar en esta miniliga de nueve partidos, es por algo y creo que la Premier debe atender a estas preocupaciones», agregó Duxbury.
El fútbol inglés afronta el lunes su día «D», aunque la votación definitiva puede quedar aplazada para más adelante.
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