El Gabinete de Ministros de Perú sufrió una dimisión el mismo día en que recibió el voto de confianza del Congreso, luego de que la ministra de Cultura, Sonia Guillén, presentase su renuncia este viernes, informaron medios locales.
Guillén dimitió luego de poner este martes su cargo «a disposición» del presidente Martín Vizcarra en medio de las críticas que recibió el Ejecutivo por la contratación de un personaje de la farándula para dar charlas a trabajadores de Cultura.
El portal en internet del diario El Comercio informó este viernes que la carta de renuncia ya ha sido aceptada por Vizcarra.
La semana pasada, un medio local reveló que el músico y compositor Richard Cisneros, conocido como «Richard Swing», cobró 175.000 soles (50.000 dólares) por ofrecer «charlas de motivación» a personal del Ministerio de Cultura.
Estas charlas se dieron desde 2016 e incluso Cisneros, quien ha sido cuestionado por supuestamente no contar con la formación para ofrecerlas, recibió 30.000 soles (unos 8.570 dólares) en pleno estado de emergencia nacional por la epidemia del COVID-19.
Guillén, quien había sido citada para que de explicaciones por la Comisión de Cultura del Congreso, declaró esta semana a El Comercio que desconocía esa contratación y que el costo político del escándalo era «tremendo» para su sector.
«Desde mi responsabilidad política, he tomado las medidas para que esta situación sea atendida adecuadamente. Se ha cancelado esta contratación y se han abierto los archivos del ministerio para que todos los contratos y los informes sean accesibles», indicó.
Medios locales aseguraron que «Swing» colaboró con la campaña electoral que permitió la llegada a la presidencia de Perú del economista Pedro Pablo Kuczynski, quien dimitió en marzo de 2018 y fue reemplazado por su vicepresidente Martín Vizcarra.
La dimisión de Guillén se dio horas después de que el Consejo de Ministros que preside Vicente Zeballos recibió el voto de confianza del Congreso, ocho meses después de su inicio de funciones.
Zeballos asumió el cargo a fines de septiembre pasado, apenas Vizcarra cerró el Congreso en medio de una crisis política, y debió recibir el visto bueno de los nuevos legisladores cuando estos asumieron el cargo, en marzo pasado, pero eso se retrasó por la emergencia nacional ordenada ante la llegada del COVID-19 al país. EFE