CIUDAD DE MÉXICO.- El cáncer de riñón es un padecimiento que se diagnostica fortuitamente, ya que durante las primeras etapas no provoca síntomas o signos que puedan alertar a los pacientes y no existe además un tamizaje para diagnosticarlo, alertó este jueves una especialista.
En el Día Mundial del Cáncer de Riñón, que se conmemora este 18 de junio, la oncóloga Silvia Peralonso Bombin explicó que al no existir pruebas específicas para detectar esta neoplasia las personas visitan el médico a realizarse algún otro estudio y es cuando también se detecta el tumor renal.
«El paciente acude al médico para realizarse algunas pruebas de imagen sin que tengan signos de alerta en cuestión renal sino que es sometido a otra prueba o cirugía y ahí se objetiva el tumor, es un hallazgo ocasional», resaltó.
Añadió que esto también se debe a que los síntomas o signos que las personas pueden presentar son inespecíficos y pueden confundirse con otros padecimientos.
Entre estos se encuentra la sangre en la orina (la cual también es una manifestación de cálculos renales o infección en el tracto urinario), además de dolor de espalda o a la altura de los riñones, pérdida de peso repentina, anemia y fiebre sin explicación.
De acuerdo con datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan) que pertenece la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2018 se presentaron 403.262 casos de cáncer de riñón en el mundo, mientras que cada año se diagnostican más de 21.000 nuevos casos en Latinoamérica y en México se contabilizaron 4.492 casos ese año.
La también directora médica asociada para el laboratorio MSD en su rama de Oncología, indicó que aún no se ha identificado una causa específica que provoque este cáncer.
Sin embargo, acotó, existen diversos factores de riesgo asociados fuertemente a esta enfermedad, como el tabaquismo.
Detalló que la persona que fuma está expuesta a ciertos cancerígenos que están contenidos en el cigarro los cuales viajan por la sangre que es depurada por los riñones.
Esta sangre entra en contacto con las células renales y puede lograr cambios o mutaciones para transformarlas en cancerígenas.
A su vez, la doctora Nora Sobrevilla Moreno, oncóloga adscrita al servicio de Oncología Médica de tumores genitourinarios del Instituto Nacional de Cancerología (InCan) de México, añadió que la hipertensión, diabetes y obesidad también son factores ligados al cáncer de riñón.
Mientras que las causas genéticas apenas constituyen el 10 % de los casos y se deben a una alteración muy específica de un gen llamado Von Hippel-Lindau.
Aunque no es de los tumores más comunes, hasta hace unos años la mortalidad era muy elevada debido a que la quimioterapia no era efectiva en pacientes con este padecimiento.
La doctora Sobrevilla explicó que el tratamiento es poco específico «y por ello muchas veces es muy tóxico, está dirigido principalmente a lastimar a la célula y ciertas estructuras que hacen que reproduzcan rápidamente».
El problema con esto, continuó, es que en el cuerpo hay muchas células que se reproducen rápidamente y no son de cáncer y la quimioterapia se atacan a todas las células, ya sea cancerosas o no.
Además de esto, el cáncer de riñón tiene células tumorales con mecanismos que las hacen resistentes a los tratamientos de quimioterapias y se observó que la enfermedad seguía avanzando en estos pacientes que presentaban también efectos tóxicos.
En la actualidad existen tratamientos de inmunoterapia que contribuyen a una sobrevida de más de 40 meses en 52 % de los pacientes, quienes también están menos expuestos a la toxicidad de estos medicamentos. EFE