La pandemia de la COVID-19 ha provocado la muerte de 65 médicos y ha infectado a 1.850 galenos en Perú debido al «enorme sacrificio» que han hecho para atender a la población en medio de un caótico sistema de salud, informó el decano del Colegio Médico del Perú, Miguel Palacios.
En un pobre sistema sanitario, sin equipos de protección personal, ni suministros básicos como el oxígeno para atender la gravedad del coronavirus en clínicas y hospitales, los profesionales de la salud enfrentaron la pandemia desde el 6 de marzo, cuando se presentó el primer caso en Perú.
«Lamentablemente, tenemos que informar que hemos llegado a los 65 médicos fallecidos, hemos superado la cifra de España, y estamos alcanzando la cifra de Ecuador», dijo Palacios en una teleconferencia con la Asociación de Prensa Extranjera en el Perú (APEP).
El portavoz agregó que, de los 1.850 médicos infectados especialmente en las ciudades de Lima e Iquitos, hay 46 que están internados en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y que «12 están en estado muy grave».
MÉDICOS, ENTRE PRIMERAS VÍCTIMAS
Durante los más de 100 días de estado de emergencia, el Colegio Médico contrató 50 vuelos para traer a Lima a los médicos que se encontraban graves de salud, dado que por la inmovilización nacional para combatir la COVID-19 sólo funcionaba un puente aéreo humanitario.
«Ahora la enfermedad está migrando hacia el sur y estamos movilizando a médicos desde Puerto Maldonado (en la selva sur) y desde la frontera con Ecuador (en la costa norte)», indicó.
Con más de 264.000 casos de contagios en el país y con una reactivación económica en marcha, el vicedecano del Colegio Médico, Ciro Maguiña, advirtió también que debería hacerse un enfoque comunitario de cercos epidemiológicos en los lugares donde no ha colapsado el sistema de salud, pues presentaron menores casos.
SEGUNDA OLA DE CONTAGIOS
Maguiña explicó que «puede venir una segunda ola (de contagios) mucho más crítica que esta ola en las próximas semanas y meses, y puede traer consecuencias en el sistema de salud».
Agregó que «la segunda ola nadie puede decir que va a venir a Loreto, donde prácticamente colapsó totalmente, como el norte, que no se ha recuperado del todo, pero hay deterioro de la salud porque existe el dengue y la malaria», entre otras enfermedades recurrentes en esas regiones de la Amazonía y la costa peruanas.
«Más que cuarentena, que ya no funcionaba por las condiciones de informalidad de la economía peruana, y la salida de vendedores ambulantes, (..) hagamos cercos epidemiológicos en hoteles o locales que no funcionan», remarcó Maguiña.
TARIFA PLANA EN CLÍNICAS PRIVADAS
Los médicos se refirieron también al acuerdo de último minuto alcanzado entre el Gobierno y las clínicas privadas para reducir los precios de la atención sanitaria durante la pandemia, después de que el miércoles el presidente Martín Vizcarra amenazara con expropiar las clínicas si estas no reducían sus desmesuradas tarifas.
Eso después de que la población reaccionara con indignación ante los precios desmedidos que las clínicas privadas estaban cobrando por atender a los enfermos de coronavirus y a su negativa a pactar con el Ejecutivo un precio por hacerse cargo de pacientes derivados de una sanidad pública al borde del colapso.
Anoche se conoció que ambas partes habían acordado finalmente el pago de una tarifa plana de 55.000 soles (16.000 dólares) por paciente que se derive a la sanidad privada, sin importar los días de internamiento.
En este sentido, Palacios recordó que al inicio de la pandemia los precios por día en UCI rondaban los 8.000 soles (2.350 dólares).
«Han llegado a una tarifa plana donde tienen que haber evaluado los costos, el promedio de días que cada paciente se queda, y probablemente se ponga fin a este tema; pero persiste aún un sistema de salud público malo, que da pie a que por una debilidad se tenga que recurrir a uno privado, que está sujeto a las leyes del mercado», expresó el decano.
De acuerdo a Palacios, «la solución es un sistema unificado de salud, sin descuidar el sistema protección social, para poder tener una salud pública fuerte».
EFECTOS EN PACIENTES GRAVES
Los pacientes graves contagiados por COVID-19 suelen necesitar entre dos y tres semanas en UCI, explicó Maguiña, dependiendo si el cuadro se complica por presentar diabetes o hipertensión, «pueden estar hasta un mes».
Sin embargo, también se presentan «infecciones secundarias que agravan y causan la muerte, algunos no aguantan y además el Covid deja muchas secuelas, que requieren rehabilitación», anotó el médico infectólogo.
Los pacientes que se recuperan de la enfermedad necesitan rehabilitación física y psicológica, explicó Maguiña, porque presentan problemas de deglución, por haber estado intubados, atrofia muscular, escaras y problemas emocionales.
En esa línea, Maguiña destacó el trabajo con la dexametasona en el Reino Unido que ha demostrado que haciendo uso de este medicamento la mortalidad baja en 30 %, con lo cual «vamos a tener un arma más para que no se mueran los pacientes en UCI».
De otro lado, el decano del Colegio Médico informó que «en esta época de pandemia hemos recibido a 50 médicos (extranjeros)», que han solicitado su acreditación para ejercer en el país, a solicitud del Ministerio de Salud, y que está en trámite la inscripción de otros cinco médico cubanos que irán a la región andina de Apurímac. EFE