El 3 de julio, pero de 1971, el líder de la legendaria banda “The Doors”, y uno de los músicos más influyentes del rock, Jim Morrison, formaría parte del trágico y conocido “Club de los 27”, tras ser encontrado muerto, de un supuesto paro cardiaco, en la bañera de su cuarto del barrio de Le Marais en París.
En pleno apogeo de su carrera, el músico, también conocido como «El Rey Lagarto», murió en circunstancias que aún son motivo de especulaciones y mitos.
Algunos afirman que Jim Morrison falleció a causa de una sobredosis de heroína, otros dicen que fue un suicidio o hasta que fue asesinado, sin embargo, la versión oficial apunta a que fue un paro cardiaco.
Lo que sí es seguro es que Jim Morrison es una leyenda del rock gracias a éxitos como «Light my fire», «Touch me», «Break on through» y «Riders on the Storm», esta última es la canción más escuchada de la agrupación en Spotify y la última que los cuatro miembros originales de la banda grabaron juntos.
El “Club de los 27” está formado legendarios ídolos del rock que murieron a los 27 años: Jim Morrison, Brian Jones, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Kurt Cobain y Amy Winehouse.
La tumba de Jim Morrison es la más visitada del cementerio parisiense de Père-Lachaise
A la tumba de Jim Morrison nunca le han faltado flores. Los guardianes del Père-Lachaise afirman que es la más visitada del cementerio. Ahora los guardianes han registrado un incremento espectacular del número de visitantes y han terminado por enterarse del estreno de la película The Doors, de Oliver Stone. Tiemblan. «La gente va a venir en vuelos charter».
Tiempo atrás, esta tumba estuvo decorada con un busto de Morrison, pero alguien lo robó. En su lugar hay una placa de mármol con la inscripción «James Douglas Morrison, 1943-1971», y en caracteres griegos la sentencia: «Kata ton daimona eaytoy» (recuerdo del héroe llevado por su demonio).
No lejos duermen también el sueño eterno Oscar Wilde, Guillaume Apollinalre, Raymond Radiguet, Modigliani, Edith Piaf, Isadora Duncan, Maria Callas y muchos otros poetas desaparecidos. A Jim Morrison le hubiera encantado saber que terminaría en semejante compañía. Un grupo de chicos y chicas ingleses que todavía no habían nacido cuando Morrison murió beben latas de cerveza Kronenbourg delante de la tumba del líder de The Doors. Van vestidos con pantalones vaqueros y chaquetas de cuero. Beben, ríen, se besan, se hacen fotos y riegan la lápida con la cerveza. A Jim Morrison también le hubiera encantado.