PARÍS.- Los ministros de 18 países europeos y latinoamericanos defendieron hoy el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la coordinación de la respuesta internacional a la crisis del coronavirus, en una clara reacción a la postura estadounidense.
En una declaración emitida al término de una conferencia virtual, organizada por Francia, España y la Unión Europea, esos 18 países insistieron en que «la cooperación y la solidaridad deben estar en el centro de la respuesta a la pandemia«.
Tres días después de que Estados Unidos notificara su salida de la OMS por la que considera una mala praxis en la gestión de esta crisis, mostraron su respaldo a la acción de coordinación de la organización para realizar una «evaluación imparcial, independiente y completa» para sacar las enseñanzas de la respuesta sanitaria internacional a la COVID-19.
Participaron en la conferencia, por parte de la Unión Europea, Alemania, Croacia, España, Francia, Italia, Holanda, Portugal, Eslovenia y Suecia. Del lado latinoamericano, estuvieron representados Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Perú y la República Dominicana.
En otro punto de su declaración, que también puede leerse como una muestra de sus diferencias con el unilateralismo del presidente estadounidense, Donald Trump, dijeron estar convencidos de que «la crisis actual es un argumento suplementario en favor del reforzamiento del sistema multilateral».
En esa línea, se reafirmaron en el apoyo a «todos los objetivos de la Carta de Naciones Unidas» y mostraron su determinación para lograr «acuerdos ambiciosos» en las conferencias sobre el cambio climático (COP26) y sobre la biodiversidad (COP15) el año próximo.
Los 18 países se felicitaron de la solidaridad que se ha manifestado entre ellos desde el comienzo de esta crisis sanitaria e insistieron en su voluntad de reforzar la cooperación para hacer frente a la epidemia y a sus consecuencias, sobre todo económicas y sociales.
Se comprometieron a luchar contra la escasez de material médico esencial, a facilitar la circulación del equipamiento y de los productos necesarios para prevenir y tratar la enfermedad, y dijeron que las posibles futuras vacunas deben considerarse «bienes públicos mundiales» para garantizar un acceso general.
Francia aprovechó esta cita para anunciar que va a dedicar más de 800 millones de euros en donaciones y préstamos bilaterales para ayuda a los países latinoamericanos y del Caribe para hacer frente a la COVID-19 y a sus efectos.
Esos fondos franceses, que se añaden a los previstos por la Unión Europea como conjunto, tienen como objetivo prestar una ayuda de urgencia a los sistemas sanitarios; garantizar a las poblaciones autóctonas y más vulnerables medios de subsistencia para atenuar las consecuencias de la crisis; y preparar una recuperación sostenible. EFE