BRUSELAS.- Los líderes de la Unión Europea comenzaron este viernes la cumbre en la que intentarán acordar el presupuesto comunitario para 2021-2027 y el fondo de rescate para impulsar la economía tras la pandemia, con posiciones muy divididas y fuertes condiciones de Holanda y otros países denominados «frugales».
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE estarán reunidos a priori el viernes y el sábado para tratar de cerrar un plan de recuperación de hasta 1,85 billones de euros que saldrían del presupuesto comunitario para 2021-2027 y de un fondo de recuperación financiado con la emisión de deuda conjunta.
El principal escollo será superar las reticencias que plantean principalmente Holanda, Austria, Suecia y Dinamarca.
El primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte, aseguró a su llegada a la cumbre que no es «optimista» sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo este fin de semana e instó a «concretar las reformas» como condición para negociar y respaldar un fondo de reconstrucción pospandemia basado en «subvenciones».
Otro líder de los «frugales», el canciller austríaco, el conservador Sebastian Kurz, se mostró en cambio «muy optimista» sobre las perspectivas de un acuerdo, pero «si no en esta cumbre en la próxima», apuntando a una posible nueva reunión en dos semanas, ya que no ve «insuperables» las diferencias que persisten.
En cuanto al fondo de reconstrucción, Kurz dijo que Austria desea «redimensionar» de volumen (de actualmente 750.000 millones de euros) sobre todo en el ámbito de las transferencias directas no reembolsables, que por el momento están propuestas con 500.000 millones de euros.
Sobre el presupuesto comunitario para el período 2021-2027, Kurz destacó la importancia de los descuentos (cheques). Según la última propuesta del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, Austria recibiría un descuento de sus aportes comunitarios de 237 millones de euros.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, advirtió de que todos los líderes europeos están «obligados» a llegar a un acuerdo. Madrid quiere que se reparta sobre todo en forma de subvenciones directas y no quiere duras condiciones ni vetos por parte de otros Estados miembros.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron subrayó que «el proyecto europeo está en juego para muchos» y destacó que la crisis causada por el coronavirus «requiere mucha más solidaridad y ambición».
«Venimos a las negociaciones con mucho ímpetu, pero debo decir que las diferencias siguen siendo muy grandes y no puedo predecir si esta vez tendremos un resultado», destacó la canciller alemana, Angela Merkel.
El primer ministro checo, Andrej Babis, representante de uno de los países del llamado grupo de Visegrado (junto a sus homólogos polaco, eslovaco y húngaro), lamentó el criterio del nivel de empleo 2015-2019 para distribuir el fondo por «no tener nada que ver con la pandemia» y pidió que se base en el PIB.
Reclamó, además, que se tenga en cuenta la inversión en «industrias tradicionales» como la del automóvil.
En cambio, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pidió que la UE aproveche la oportunidad que representa el fondo y fortalezca sus planes de pacto verde y digitalización.
«No será fácil, pero crecen nuestras posibilidades», consideró sobre la posibilidad de llegar a un acuerdo el primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, en un video colgado en su página de Facebook.
Hungría quiere conseguir que el pago de fondos europeos del presupuesto comunitario 2021-2027 no se condicione al respeto al Estado de Derecho.
Por su parte, el primer ministro estonio, Jüri Ratas, pidió para los bálticos «pagos directos en agricultura más justos» y mejores conexiones de transporte. EFE