MOSCÚ.- El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha sacado músculo hoy con la puesta en quilla de seis buques de guerra en tres astilleros rusos, uno de ellos en la anexionada península ucraniana de Crimea, en momentos en que el país se ve obligado a posponer importantes proyectos nacionales debido a la pandemia de coronavirus.
«Hoy en los tres principales astilleros de Rusia se han puesto en quilla simultáneamente seis nuevos buques», declaró Putin en el puerto crimeo de Kerch durante la ceremonia realizada en formato de teleconferencia, al calificar este hecho de «un importante y significativo paso en el desarrollo de la Armada rusa».
El mandatario señaló que los nuevos buques estarán equipados con «sistemas de armas, control y comunicación de avanzada y fortalecerán considerablemente el potencial bélico de la Armada rusa, incrementarán sus posibilidades estratégicas».
Se trata, según Putin, de dos buques de desembarco en los astilleros de Kerch, en Crimea, dos fragatas en la fábrica Sévernaya Verf (Astilleros del Norte) de San Petersburgo y dos submarinos atómicos en la empresa Sevmash, ubicada en Severodvinsk, ciudad portuaria a orillas del mar Blanco.
«Durante los últimos ocho años la flota recibió más de 200 buques, lanchas y navíos de diversas clases. Necesitamos cumplir consecuentemente el programa estatal de armamentos para que en 2027 más del 70 % de los buques de la Armada rusa sean nuevos», indicó.
En ese sentido, destacó que se trata de una tarea de gran magnitud para los fabricantes rusos de buques, que les garantizará trabajo para los próximos años.
«Es necesario aprovechar al máximo su potencial científico, productivo, de cuadros, para la construcción de modernos buques de todos los tipos», añadió.
Putin prometió en particular dar apoyo estatal a las empresas fabricantes de armas de Crimea, al señalar que cuando el Estado invierte fondos en una empresa privada espera a cambio recibir parte de las acciones, porque de lo contrario se trata de «un regalo a manos privadas por parte del Gobierno».
«Tratamos de darles pedidos, es algo evidente. Los contratos del complejo industrial de Defensa en Crimea son cuantiosos», explicó el jefe del Estado.
Rusia se recupera lentamente de la pandemia del nuevo coronavirus, que ha trastocado los grandes planes económicos de Putin, quien se ha visto obligado a retrasar seis años los objetivos de su plan de inversión estrella, dotado de más de 360.000 millones de dólares, con el que quería apuntalar el crecimiento y el desarrollo del país.
El ambicioso proyecto, anunciado por el jefe del Kremlin dos días antes de ser reelegido para un cuarto mandato en marzo de 2018, buscaba, según sus propias palabras, colocar a Rusia «entre las cinco economías más grandes del mundo y garantizar ritmos de crecimiento superiores a la media mundial».
Sin embargo, el coronavirus ha obligado a reconsiderar la situación y a frenar el grueso de estas iniciativas, con excepción, a todas luces, del programa militar, que se mantiene contra viento y marea.
El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, ha propuesto retrasar de 2024 a 2030 los objetivos de los proyectos nacionales con el argumento de las restricciones presupuestarias bajo las que Rusia tendrá que operar debido a la pandemia.
Ahora todos los esfuerzos gubernamentales se dedicarán a ejecutar el plan de recuperación económica anunciado en junio para contrarrestar el impacto del coronavirus y que tiene un coste de unos 70.844 millones de dólares. EFE