Policía boliviana recoge y certifica muertos por COVID en casas y calles

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LA PAZ.- El tener que valorar el estado del fallecido y elevar una certificación sobre un posible deceso por la COVID-19 es una de las tareas más duras que desempeña la Policía boliviana en ciudades como Santa Cruz, El Alto, La Paz y Cochabamba, por el incremento de muertes a causa de la enfermedad.

Solamente entre el 15 y el 20 de julio pasados la Policía recogió al menos 420 cadáveres, de los que un 80 por ciento presentaban la COVID-19 o era gente con sospechas de tener la enfermedad, explicó a Efe el director nacional de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC), coronel Iván Rojas.

«Es la primera vez que estamos viviendo una situación como esta», manifestó Rojas con respecto al momento que atraviesa su institución cuando los decesos y contagios van en aumento en Bolivia.

NUEVOS PROCEDIMIENTOS

El jefe policial manifestó que para esta tarea los uniformados tuvieron que adecuar progresivamente los procedimientos, de manera que ha sido necesaria «la modificación» de los pasos que se siguen para el levantamiento de un cadáver.

Ante el llamado, un grupo de la fuerza policial acude al sitio con equipos de bioseguridad para valorar las condiciones de la muerte que al menos últimamente corresponde en un pequeño porcentaje a un deceso violento como un homicidio o suicidio.

En todos los casos se hace una entrevista a los familiares para obtener los detalles y en la mayoría se trata de gente que dio positivo o con sospechas de haber padecido el nuevo coronavirus, según los testimonios de los allegados al difunto, explicó el jefe policial.

VARIOS MUERTOS AL DÍA

«Estamos utilizando nuestro personal médico» y con la autorización del Servicio Departamental de Salud «estamos pudiendo hacer la certificación» para que los cuerpos vayan a cremación, declaró a los medios el jefe de la policía anticrimen de El Alto, Walter Sossa.

En El Alto, la segunda ciudad más poblada de Bolivia con casi un millón de habitantes, se reportan «entre 7 a 8 personas (por día) que son levantadas con sintomalogía de la COVID-19» y aproximadamente son 35 a la semana, apuntó Sossa.

Esos decesos se producen principalmente en viviendas particulares y con menor frecuencia en plena calle, siendo estos últimos gente que por distintas razones no optó o no pudo recibir atención médica.

La situación en El Alto ha empujado a la Alcaldía de esa ciudad a trabajar en un acuerdo con un cementerio particular en la ciudad vecina de La Paz para habilitar un área destinada a «cuerpos COVID-19», declaró a los periodistas la secretaria de Desarrollo de ese municipio, Ana Saavedra.

Este panorama ha sido similar en otras ciudades como Santa Cruz o Cochabamba, por lo que «no se puede decir que no se ha dado respuesta a la necesidad de (ese) servicio», subrayó Rojas.

Durante la pandemia, la Policía boliviana además ha trabajado en el control del cumplimiento de las restricciones dictadas por el Gobierno interino junto a las Fuerzas Armadas.

Al estar en primera línea, la fuerza policial ha registrado 98 decesos y 1.015 casos positivos en sus filas, informó este miércoles el director nacional de Comunicación, coronel Dailer Zurita.

Las autoridades de sanidad de Bolivia han reportado 2.273 fallecidos por causas de la COVID-19 mientras que 62.357 son los casos confirmados desde la aparición de los primeros en marzo pasado.

Las proyecciones del Ministerio de Salud del país mantienen que el punto más alto de contagios llegará a finales de agosto y principios de septiembre. EFE

 

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