NUEVA YORK.- La compañía biotecnológica Moderna, que esta semana comenzó uno de los ensayos más grandes del mundo de una vacuna contra la COVID-19, anunció este jueves la dimisión de Elizabeth Nabel de su posición en la junta directiva de la empresa con efecto inmediato por un posible conflicto de intereses.
Nabel, conocida como Betsy, también es la directora del Brigham and Women’s Hospital, de Boston (Massachusetts), que es uno de los 89 lugares de EE.UU. en los que tendrá lugar el ensayo clínico en fase 3 de la mRNA-1273, la vacuna diseñada por Moderna contra el coronavirus.
«En el contexto del inicio de la participación de 30.000 personas en la fase 3 del ensayo de la vacuna de COVID-19 de Moderna, y los preparativos del Brighman and Women’s Hospital como lugar de inscripción de entre 300 y 500 participantes, hemos aceptado la dimisión de Betsy como medida de precaución para evitar cualquier tipo de conflicto de interés potencial o incluso aparente», explicó en un comunicado el cofundador y presidente de la biotecnológica, Noubar Afeyan.
Por su parte, el consejero delegado de Moderna, Stephane Bancel, señaló que «la extensa experiencia y los conocimientos (de Nabel) fueron críticos en el avance de la plataforma del mRNA».
El pasado lunes, la vacuna de Moderna entró en su fase 3, destinada a probar el remedio en una muestra amplia de la población. Moderna, con sede en Massachusetts, es la primera empresa estadounidense que ha alcanzado ese nivel en su investigación y la segunda en el mundo por detrás de la firma china Sinopharm.
En EE.UU., la vacuna de Moderna se probará en 30.000 voluntarios, que recibirán dos dosis de la vacuna con 28 días de diferencia. De todos los participantes, la mitad recibirá una inyección de un placebo para poder hacer una evaluación estadística de la efectividad de la vacuna.
Ni los voluntarios ni los médicos que administran la vacuna tendrán información sobre quién recibe el placebo y quién la vacuna.
«Es un récord mundial para nosotros el haber sido capaces de pasar de la secuenciación (del virus SARS-CoV-2) a la fase 3 de una vacuna en tan poco tiempo. No se había hecho nunca antes», explicó este lunes el principal epidemiólogo de EE.UU., Anthony Fauci, quien aseguró que este proceso, que sólo ha llevado unos seis meses, no ha comprometido el rigor científico ni la seguridad de los ensayos. EFE