JERUSALÉN (Israel).- Por octavo sábado consecutivo, miles de israelíes en Jerusalén pidieron la dimisión del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, juzgado por supuesta corrupción y cuestionado por su gestión de la pandemia de coronavirus.
«¿Cuándo haremos las paces entre nosotros?», reclamaron con cánticos los manifestantes en clara comparación con el histórico acuerdo de normalización de relaciones con Emiratos Árabes Unidos (EAU), anunciado el jueves.
Las protestas se repiten casi a diario y los sábados, al terminar el shabat (día de descanso en el judaísmo), son masivas en la Ciudad Santa y se extienden por puentes e intersecciones de Israel.
Según el digital de Haaretz, hoy se congregaron 50,000 israelíes en todo el país y las protestas más concurridas fueron frente a la residencia oficial de Netanyahu en Jerusalén y a frente a su casa privada en la ciudad costera de Cesárea.
«Somos la esperanza, votando con los pies», reivindicaban los manifestantes en varias de las pancartas.
Netanyahu fue acusado esta semana de intentar forzar otras elecciones al no llegar a un acuerdo en los presupuestos generales con su socio de coalición, el centrista Benny Gantz, antes del 25 de agosto para evitar la disolución del Parlamento que llevaría a unos cuartos comicios en menos de dos años.
Tras el pacto alcanzado con EAU a cambio de suspender temporalmente la anexión de territorio palestino ocupado de Cisjordania, gran parte de su electorado colono y derechista advirtió de que no lo volverá a votar.
Hoy el Consejo Yesha, que congrega a la mayoría de asentamientos judíos de Cisjordania, manifestó que en unos nuevos comicios no lo apoyaría.
El ministro de Finanzas, Israel Katz, reconoció hoy al Canal 12 que «la amenaza de elecciones ha pasado» y se acercan a un acuerdo en el Gobierno de coalición.
Netanyahu está siendo juzgado por delito de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos de corrupción, y a partir de enero, tendrá que acudir al juzgado tres veces por semana.
Israel vive una segunda ola de coronavirus que no consigue estabilizar y los ciudadanos cargan contra la gestión gubernamental de Netanyahu por la crisis económica que hoy se refleja en un 20% de desempleo frente al 4% en febrero. (EFE)
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