BRUSELAS.- La líder opositora bielorrusa, Svetlana Tijanovskaya, dijo hoy que las protestas en su país a raíz de las elecciones presidenciales «no son geopolíticas» ni significan que sus ciudadanos sean favorables o desfavorables a la Unión Europea o a Rusia, sino que «desean unos comicios libres y justos».
«Ya no somos la oposición, somos una mayoría. Ha habido una revolución pacífica, (…) que es el deseo de una nación de decidir por sí misma, y del pueblo de elegir libremente a sus líderes y decidir sobre su destino», subrayó Tijanovskaya.
La líder opositora bielorrusa compareció este martes ante la comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, que convocó la primera reunión del nuevo curso político para debatir, precisamente, la situación en Bielorrusia tras las protestas en contra de las elecciones presidenciales del pasado 9 de agosto, consideradas fraudulentas por la oposición.
Tijanóvskaya se refirió a los detenidos ilegalmente a raíz de estas manifestaciones, entre quienes contó a su marido, y condenó que las autoridades bielorrusas usen «tácticas de intimidación, miedo y amenazas físicas».
«Esto está pasando en plena Europa», alertó.
La opositora recordó también que los «observadores más respetados», como los de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), no fueron invitados a supervisar el proceso electoral, y que los que lo han monitorizado lo consideran «profundamente defectuoso».
Aunque agradeció el apoyo del Parlamento Europeo, cuyos grupos políticos mayoritarios condenaron la violencia y pidieron nuevas elecciones en el país, Tijanovskaya incidió en que la protesta «no es ni prorrusa ni antirrusa, ni proeuropea ni antieuropea».
«Pido a todos los países del mundo que respeten el derecho fundamental a la autodeterminación, la soberanía y la integridad territorial de Bielorrusia. Nuestra demanda es simple: unas elecciones libres y justas», afirmó.
Transmitió un mensaje similar la secretaria general de la diplomacia europea, Helga Schmid, que incidió en que Bielorrusia no se enfrenta a una «opción binaria» entre Occidente o Rusia.
«No estamos viendo banderas europeas en las manifestaciones. Debemos tener esto en cuenta cuando consideremos qué hacer a continuación», subrayó la alta funcionaria.
Schmid recordó la posición europea ante la crisis bielorrusa y volvió a pedir la liberación de los detenidos ilegalmente, una investigación completa sobre lo ocurrido y un diálogo «nacional inclusivo» para resolver la situación.
Además, dijo que espera que se pueda tomar «muy pronto» una decisión sobre la nueva lista de sanciones a los responsables de la violencia y la falsificación de resultados electorales, que están preparando los servicios diplomáticos europeos y que se debatirá a finales de esta semana en un Consejo de Exteriores informal en Berlín.
La mayor parte de los grupos políticos de la Eurocámara compartieron el diagnóstico de Schmid, y algunos diputados, como el socialdemócrata Tonino Picula, incidieron en que las sanciones al país deben ser cuidadosas y precisas para no impactar a la sociedad civil.
La nota discordante la marco el grupo de la Izquierda Unitaria Europea, ya que Manu Pineda (IU) acusó a la UE de «tener una política exterior subordinada a lo que dicte la Casa Blanca» y criticó que se haya «tomado parte», por ejemplo no reconociendo el resultado electoral, sin «tener pruebas en absoluto» de los hechos. EFE