KABUL, 27 ago.- Las autoridades afganas elevaron este jueves a 122 los muertos por las repentinas inundaciones que sacudieron el miércoles al menos 12 de las 34 provincias, la más afectada de ellas la norteña Parwan, donde según el último recuento fallecieron 85 personas y no 100 como anunciaron en un principio.
«De las 122 personas que perdieron la vida en las repentinas inundaciones, 85 murieron en la provincia norteña de Parwan», afirmó a Efe el portavoz del Departamento de Gestión de Desastres de Afganistán, Hasibullah Shaikhani.
El portavoz explicó que aunque en un principio reportaron un centenar de muertos en la riada que golpeó sobre todo la capital de Parwan, Charikar, el Directorio de Salud Pública confirmó luego «que la cifra final era de 85».
Además 150 personas resultaron heridas en doce de las 34 provincias del país por las repentinas inundaciones, de las cuales Shaikhani mantuvo que un centenar se encontraban en Parwan.
«Nuestra operación continúa por segundo día en Charikar para abrir las carreteras y recuperar los cuerpos que faltan de entre las ruinas», explicó por su parte a Efe el viceportavoz del gobernador de Parwan, Rahmatullah Haidari, por lo que el número de fallecidos podría aumentar en las próximas horas.
Según los últimos datos oficiales disponibles, 1.500 casas resultaron destruidas o dañadas en las doce provincias afectadas, 600 cabezas de ganado perecieron y unos 1.150 acres de terreno agrícola y huertos quedaron destruidos.
Aunque los equipos de rescate y rehabilitación se encuentran desplegados en las doce provincias, los principales esfuerzos se están centrando en Parwan.
En Charikar, la capital de Parwan, más de 500 casas resultaron destruidas o dañadas, muchas carreteras permanecen bloqueadas por el barro y rocas, y servicios públicos como agua y electricidad quedaron interrumpidos.
Afganistán sufre con frecuencia desastres naturales que provocan numerosas pérdidas humanas, como los corrimientos de tierra que causaron el fallecimiento de 2.000 personas en mayo de 2014 en el noreste del país, una situación agravada por casi dos décadas de guerra. EFE