La pandemia no ha sido impedimento para que 4.000 cartas con los deseos y sueños de sus fieles lleguen este domingo al pozo de Santa Rosa de Lima, en su basílica santuario en la capital de Perú, en el día en que se celebra la fiesta de la patrona de América y las Filipinas.
Las intenciones de los fieles llegaron por correo electrónico o mensaje de texto al buzón del Arzobispado de Lima y el mismo cardenal Carlos Castillo llevó las cartas impresas en canastas para colocarlas en el pozo de Santa Rosa, el lugar más visitado en esta fecha en la que fue su casa.
«Ella vive en lo más profundo del pozo y de ahí vamos a resucitar todos», expresó el monseñor acompañado por seminaristas y otros religiosos mientras lanzaba las cartas con los nombres impresos de sus autores.
FIELES RECLUIDOS LOS DOMINGOS
Debido a la inmovilización impuesta a los domingos para reducir los contagios del covid-19 que ya superan los 639.000 en el país, todos los ciudadanos deben permanecer en sus casas y, por ese motivo, el arzobispo de Lima decidió llevar personalmente los sueños de los fieles.
«Se ha hecho tan grande este árbol, llamado Santa Rosa de Lima, que en todas partes del mundo es querida y apreciada», comentó Castillo durante la misa celebrada en la basílica de la santa.
El cardenal recordó que «desde muy pequeña, Rosa sintió la presencia de Jesús, comprendió lo más hondo que puede tener un ser humano, que es ser hijo de Dios».
Isabel Flores de Oliva se convirtió en Santa Rosa de Lima el 12 de abril de 1671, más de 50 años después de su muerte a los 31 años de edad, y desde entonces cada 30 de agosto los fieles acuden a su santuario en el centro histórico para pedir que les cumpla un deseo.
CONOCE SUFRIMIENTO EN MINAS
Rosa de Lima (1586) fue hija del arcabucero virreinal Gaspar Flores, antecesor de la Policía Nacional, pero también conoció la dura vida en las minas cuando su padre, natural de Puerto Rico, trabajó en estas zonas, en pleno auge de la extracción del oro.
«Son años muy claros (para ella), pues conoció cómo sufre la gente que está viviendo en condiciones inhumanas en la mina y el campo, y hasta en sus sueños hay una sombra de Jesús, que se aparece como trabajor minero, como cantero», indicó Castillo.
La santa entendió que «estos minerales son para perder al mundo, se producen con muchos achaques y sufrimientos, y, ante la riqueza y Dios, se decidió por Dios», añadió el arzobispo.
AYUDA A ENFERMOS Y PARTURIENTAS
Hija de una familia con muchos recursos, Rosa pidió a su padre que acondicione una sala de la casa para ayudar a mujeres congolesas a dar a luz, y en el mismo lugar también acogía a enfermos graves que encontraba por las calles.
En una «constante identificación con los que sufren», Rosa de Lima se autoimpuso el sacrificio corporal y cargaba con cadenas y objetos punzantes.
Sin embargo, también era de convocar a la solidaridad de la gente por una causa común y tuvo como misión «hacer del Perú, una partecita del cielo, de tal manera que el reino de Dios lo vivamos desde acá», relató Castillo durante su homilía.
«En esta pandemia, estamos urgidos del ejemplo de Rosa para poder ser solidarios», remarcó el prelado.
LE OFRECEN ALMA DE POLICÍAS MUERTOS
Entre los más de 28.000 fallecidos a consecuencia del Covid-19 en Perú, hay más de 400 agentes de la Policía Nacional que ayer recibieron un homenaje póstumo en la víspera de la fiesta de Santa Rosa, patrona también de esta institución oficial.
«A más de nuestros 400 hermanos policías que consagraron su vida al servicio de la sociedad, en este marco de la pandemia, hoy queremos rendirle tributo, queremos decirles que su recuerdo vivirá siempre en nuestras mentes y corazones», expresó el comandante general, Orlando Velasco, en la Unidad de la Policía Montada en el Rímac.
Los retratos de los policías fallecidos fueron colocados en asientos durante la ceremonia, de la misma forma que el arzobispo de Lima hizo en la catedral de la ciudad con las fotografías de las primeras 5.000 víctimas de la pandemia en junio pasado.
EFE- Fotos EFE